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Diciembre del 2009

 

Moniciones para el día de NAVDIAD: misa del día

Enlace permanente 18 de Diciembre, 2009, 10:30

Moniciones para la Misa

Ciclo C

Tiempo de NAVIDAD

Misa de media noche

Autor: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                                      Fuente: www.scalando.com 

Buena Noticia

"FELIZ Y FRUCTÍFERA NAVIDAD, CON EL VERBO DE DIÓS ENCARNADO EN NUESTRA HISTORIA"

-       1ra lect.: Is 9,1-6

-       Sal 96

-       2da lect.: Tit 2,11-14

-       Evangelio: Lc 2,1-14

Hoy les ha nacido el Redentor

Monición de entrada

Feliz Navidad, hermanos y hermanas!  Hoy es el día de la salvación. En el Evangelio de la misa de media noche, María y José adoraban al niñito Jesús; en la segunda lectura, los pastores fueron invitados a conocer a Cristo, y en esta misa la Buena Nueva está siendo proclamada a todos los hombres. La Palabra de Dios se hizo ser humano y acampó entre nosotros para acompañarnos en el camino de la vida. Alegres por ser llamados por Dios, pónganse de pie para recibir a los ministros de esta celebración, mientras entonamos con mucha alegría...

Primera lectura: Is 52, 7-10 (Toda la tierra verá la victoria de nuestro Dios)

El mensaje del profeta Isaías describe la realeza del Dios que vino a nosotros, encarnada hoy en el Niñito Jesús: los pastores la contemplan y proclaman un Evangelio de paz, de felicidad y de salvación: porque nuestro Dios reina. Dichosos los que proclamen la paz y la felicidad porque también ellos verán a Dios cara a cara. Escuchemos con atención.

Segunda lectura: Hebreos 1, 1-6 (Dios nos ha hablado por su Hijo)

El autor de la carta a los Hebreos, nos dice que Dios en su infinito amor habló con nosotros por medio de su Hijo. Cristo es el Logo, es decir, la Palabra del Padre. Él es la Verdad y la vida, y el Camino hacia el Padre.

Tercera lectura: Juan 1, 1-18 (La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros)

La tercera lectura es un himno a la Palabra que existía en el Padre desde el principio. El Verbo se hizo uno como nosotros para traer luz y vida a todo el mundo. A los que le recibieron y creyeron en su nombre les fue dado el ser hijos de Dios. En señal de respeto nos ponemos de pie para la proclamación del Santo Evangelio, pero antes cantemos el Aleluya.

 

Oración Universal:

  • Para que  la Iglesia proclame el mensaje de la salvación a todos los seres humanos,  roguemos al Señor.
  • Para que los que sufren encuentren hoy consuelo en el Misterio del Nacimiento de Cristo, roguemos al Señor.
  • Para que nuestras familias encuentren en estos días de fiestas navideñas ocasión de reconciliación y paz, roguemos al Señor.
  • Para que nuestros jóvenes sepan responder con generosidad y entusiasmo a la llamada del Señor a la vida religiosa y sacerdotal Roguemos al Señor.
  • Para que los aquí reunidos, podamos vivir más nuestra fe y la proclamemos con nuestras vidas, roguemos al Señor.   

     

Exhortación final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra Cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 428)

 

Alegres te bendecimos padre porque hoy es Navidad,

día del nacimiento de Cristo.  Él es Dios-con-nosotros,

Él es tu oferta de salvación para todos los hombres.

Loco por nosotros, quieres ganarte nuestro amor esquivo;

por eso aparece Jesús como un bebé para que lo comamos a besos.

Haz, Señor, que la revelación de este misterio asombroso

de la encarnación de dios, como Niño que es regalo de amor

y signo de tu ternura y de tu vida ofrecida al hombre,

encienda nuestro frío corazón en amor a ti y los hermanos.

Así conseguiremos que sea Navidad en nuestro bajo mundo,

y realizaremos tu programa de paz, amor y fraternidad.

 

Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

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Moniciones para el día de NAVDIAD: misa de media noche

Enlace permanente 18 de Diciembre, 2009, 10:21

Moniciones para la Misa

Ciclo C

Tiempo de NAVIDAD

Misa de media noche

Autor: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                                      Fuente: www.scalando.com 

Buena Noticia

"Con Jesús nace la esperanza"

-       1ra lect.: Is 9,1-6

-       Sal 96

-       2da lect.: Tit 2,11-14

-       Evangelio: Lc 2,1-14

Hoy les ha nacido el Redentor

Monición de entrada

¡Feliz Navidad, hermanos y hermanas!  Estamos reunidos en el Señor en esta Noche Buena.  Las tinieblas afuera pueden simbolizar la vida sin Cristo.  Pero nuestra Iglesia, ahora brillante y festiva, nos recuerda que Cristo ES LA LUZ y está con nosotros.  Que esta noche de gracia traiga la Paz y la Alegría a todos los pueblos del mundo, especialmente al nuestro.  Recibamos a los ministros de esta gran liturgia entonando con alegría el canto de entrada.

 

Primera lectura: Is 9, 1-3. 5-6 (Un hijo se nos ha dado)

 

El profeta Isaías nos viene a hablar sobre los tiempos de tinieblas, de miedo y de opresión.  Pero vino un gran cambio por el nacimiento de un niño, que como luz en la noche iluminó como ninguna otra luz.  Esta luz es Cristo, el Príncipe de Paz, nuestro Redentor.  Escuchemos con atención, hermanos.

 

Segunda lectura: Tito 2, 11-14 (Apareció la gracia de Dios para todos los seres humanos)

 

Cristo se encarnó en el mundo para ser el mediador entre Dios y los hombres.  El gran Apóstol Pablo nos exhorta a cooperar con las gracias del Señor hasta el retorno del gran Dios y Señor nuestro. Prestemos atención a este mensaje.

 

Tercera lectura: Lc 2, 1-14 (Hoy les ha nacido el Redentor)

 

Esta tercera lectura es una narración maravillosa, por su sencillez.  La grandeza del Imperio Romano termina en un pesebre.  Los ángeles anuncian la Buena Nueva a los pastores, los pobres.  Cristo, el Hijo de María, es la gloria del Padre.  Nos ponemos de pie, pero antes de escuchar esta Buena Nueva, alabamos al Señor con el Aleluya.

 

Oración Universal:

 

1.    Por la Iglesia Universal y nuestra Iglesia local, para que sea luz del mundo y signo del amor de Cristo. Roguemos al Señor.

 

2.    Por los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y los líderes de las comunidades: para que ellos anuncien la Buena Nueva con el ejemplo de sus vidas. Roguemos al Señor.

 

3.    Por los que gobiernan las naciones, de manera particular, los nuestros: para que ellos se esfuercen en traer a su pueblo el mensaje de justicia y de paz. Roguemos al Señor.

 

4.    Por los que sufren enfermedad, hambre y abandono: para que sean socorridos y encuentren consuelo en el Misterio del Nacimiento de Cristo. Roguemos al Señor.

 

5.    Por las familias de nuestras comunidades: para que aprendan a recibir a Cristo, acogiéndolo en los pobres. Roguemos al Señor.

 

 

Exhortación final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra Cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 428)

 

Alegres te bendecimos padre porque hoy es Navidad,

día del nacimiento de Cristo.  Él es Dios-con-nosotros,

Él es tu oferta de salvación para todos los hombres.

Loco por nosotros, quieres ganarte nuestro amor esquivo;

por eso aparece Jesús como un bebé para que lo comamos a besos.

Haz, Señor, que la revelación de este misterio asombroso

de la encarnación de dios, como Niño que es regalo de amor

y signo de tu ternura y de tu vida ofrecida al hombre,

encienda nuestro frío corazón en amor a ti y los hermanos.

Así conseguiremos que sea Navidad en nuestro bajo mundo,

y realizaremos tu programa de paz, amor y fraternidad.

 

Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

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Homilia para el día de Navidad: misa del día

Enlace permanente 18 de Diciembre, 2009, 10:15

EN CAMINO

Tiempo de Navidad, ciclo “C” 

Misa del día

 

Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.                            Fuente: www.scalando.com

 

LECTURAS:

 

-       1ra lect.: Is 52,7-10

-       Sal 98

-       2da lect.: Hb 1,1-6

-       Evangelio: Jn 1,1-18

 

 

El Verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros…

La primera lectura tomada del profeta Isaías, la ubicamos dentro del contexto del post-exilio. Al retornar del exilio en Babilonia después de 49 años, los judíos encontraron la ciudad de Jerusalén completamente devastada y los campos desolados. Era una mezcla de alegría por retornar a su tierra y nostalgia por ver todo desolado. La profecía de Isaías le dice al pueblo que Dios no dejará la ciudad así para siempre. Que Dios vendrá a habitar la ciudad y ese día será de gran alegría, no sólo para Israel sino para todas las naciones y pueblos de la tierra.

Nosotros los cristianos hacemos una relectura del profeta Isaías y la aplicamos a Jesús, el Verbo encarnado. Así como el pueblo de Israel soñaba y gozaba con ver una ciudad reconstruida, tal como lo hicieron algunos años después, hoy nosotros celebramos con gozo la Natividad de Jesús:“Lancen gritos de júbilo, ruinas de Jerusalén, porque el Señor dejó a su pueblo aspirar la libertad, y rescató a Jerusalén”

Durante el tiempo de Navidad llegan a nuestra memoria muchos recuerdos, casi todos bonitos. Recordamos la niñez, la familia, el barrio, los vecinos, los amigos, la comida típica de nuestros pueblos y nuestras tradiciones socio-religiosas.

Algunos pasan desapercibido el motivo real de estas fiestas navideñas. Vale la pena recordar que todo ese ambiente de alegría y algazara está motivado por una gran noticia. Por algo realmente insólito, doblemente increíble, como dicen los humoristas: “el Verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros”  (Jn 1,14ª). Dios se solidarizó con el ser humano y asumió su misma condición al hacer parte de su historia.

La palabra carne (sarx) denota una situación humana limitada, negativa y presa del pecado.  Por eso algunos traductores prefieren traducir: el Verbo se hizo hombre, en vez de se hizo carne; pero no es una traducción correcta a la expresión griega: ‘o Logos sarx  egéneto. Si la traducción correcta fuera “se hizo hombre”, el evangelista hubiera utilizado la palabra ántropos (hombre) en vez de sarx (carne).

Aunque parece una nimiedad no lo es, ya que hablamos de una realidad humana asumida por el Verbo de Dios: toda la realidad humana incluyendo su pecado. ¡Pero cómo así! ¿El Verbo de Dios se hizo pecado? ¡Pues sí! Por eso dice Pablo: “A quien no conoció pecado, Dios lo hizo pecado, para condenar el pecado en la carne” (Rom 8,3).

El Verbo de Dios se hizo carne en Jesús de Nazaret que asumió nuestra condición limitada y pecadora. Es decir, nuestra historia con lo bello, lo malo y lo feo, pues solo se redime aquello que se asume. Decimos con esto que el Verbo de Dios asumió toda la historia humana para salvarla. Nuestra realidad: aquello que nos hace sufrir, llorar, gemir, sentir rabia, egoísmo, etc., lo asumió Jesús. Y lo asumió para redimirlo. Él hizo su propia historia de salvación y venció: “Yo he vencido al mundo” (Jn 16,33b).

El Verbo puso su tienda entre nosotros. La tienda es una bella imagen simbólica tomada del Primer Testamento. Fue utilizada por el pueblo de Israel en el desierto, cuando iba de camino a la tierra prometida, como lugar que daba reposo, ánimo y sentido en el caminar. En este texto la tienda es signo de la humanidad, en la cual el Verbo se encarna para hacer con ella un nuevo éxodo salvífico. Jesús, el Verbo encarnado, nos salva, no sacándonos de la historia, sino asumiéndola y llevándola a la plenitud.

Para vivir de manera más auténtica las festividades navideñas, debemos inyectar en los celebrantes el espíritu de empuje en la construcción y reconstrucción de nuestra historia personal, comunitaria y social. Permitir que el Jesús niño se encarne en mi historia personal, en nuestra historia familiar comunitaria, eclesial y social. Que el Verbo ponga su tienda entre nosotros y nos impulse a caminar hacia la tierra prometida; hacia un mundo más humano, solidario, fraterno y feliz.

 

FELIZ Y FRUCTÍFERA NAVIDAD, CON EL VERBO DE DIÓS ENCARNADO EN NUESTRA HISTORIA

 

Oración

Padre Dios, te damos gracias porque tu gran amor hacia la humanidad hace posible la salvación para todos nosotros. Gracias porque te metes y asumes nuestra historia para transforma radicalmente y conducirnos hacia la plenitud.

Señor Jesús, hoy como ayer, muchos te rechazan al convertir esta maravillosa fiesta en algo superficial, totalmente alejado del sentido profundo de conversión, de fraternidad, solidaridad y compromiso por una humanidad equitativa. Reconocemos que nuestro oscuro corazón ha convertido muchas veces esta maravillosa fiesta en otra manifestación de la exclusión y la injusticia que padece nuestro mundo. Muchas veces también nosotros te hemos rechazado al preferir seguir con lo mismo de siempre, en vez de salir de nuestras poltronas para buscar juntos la justicia del Reino.

Señor Jesús, gracias porque hoy como ayer pones tu tienda junto a la nuestra y caminas con nosotros; hoy vienes a nuestro mundo, a nuestra realidad, a nuestra casa. En medio de nuestras incoherencias e infidelidades, sigues creyendo en nuestra capacidad de conversión. Hoy te aceptamos como el Hermano Mayor de nuestra familia y el camino para ser mejores seres humanos e hijos de Dios. Libéranos de tantos esnobismos que nos hacen llevar una Navidad vacía de sentido, transforma nuestro corazón de piedra en un corazón de carne capaz de sentir con los necesitados, de manera que esta celebración nos anime a identificarnos con Jesús y Causa.  Haznos humildes y sencillos como tú, enciende nuestros corazones con la auténtica alegría de la Navidad y que este gozo nos dura para siempre. Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Preguntas y comentarios: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.

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Homilia para el día de Navidad: misa de media noche

Enlace permanente 18 de Diciembre, 2009, 10:12

EN CAMINO

Tiempo de Navidad, ciclo “C” 

Misa de media noche

 

Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.                            Fuente: www.scalando.com

 

LECTURAS:

 

-       1ra lect.: Is 9,1-6

-       Sal 96

-       2da lect.: Tit 2,11-14

-       Evangelio: Lc 2,1-14

 

Buena Noticia

Los gobernantes: Los gobernantes estaban interesados en mantener su poder y explotar más al pueblo. Augusto como emperador del imperio romano y Quirino como gobernador de Siria, no se enteraron del acontecimiento. El nacimiento y la vida de Jesús pasaron inadvertidos, y el Nazareno se quedó en el anonimato como un nativo más dentro de esa colonia. A los romanos no les interesó el pueblo judío sino los buenos productos que producían y la posición estratégica que tenían para la actividad militar y comercial.

Los padres y el niño: Según la narración de Lucas, la familia de Nazareth padeció la crueldad del imperio y la discriminación de los habitantes de Belén. Para ellos no hubo espacio en algún sitio digno para un parto, ni siquiera la terraza de una casa o la sala común donde llegaban los forasteros. Tuvieron que pasar la noche en un establo, como los más pobres entre los pobres.

Los pesebres de hoy están llenos de muchos detalles fruto de la creatividad y el cariño de los creyentes. Algunas de esas cosas no tienen nada que ver con la pobreza que tuvo que pasar esta familia, así como con la exclusión, la miseria y el dolor humano que experimentó este niño en carne propia y siguen experimentando tantos excluidos en nuestro tiempo.

Los ángeles: Los mensajeros (ángeles) del Señor, descubrieron la Gran Noticia  en el niño pobre del establo de Belén. La primera invitación fue a dejar el miedo. El miedo invade al ser humano cuando pasa por momentos duros y ve amenazada su vida. También lo hace cuando, una vez conseguida la cumbre del poder, se ven rodeados de enemigos declarados y de falsos amigos que amenazan su estabilidad. El miedo invadía los gobernantes porque temían perder el poder a mano de los enemigos o de la gran masa de pobres que cada día crecía más. El miedo invadía a los pobres porque tenían un presente muy duro y un futuro incierto. Era necesario abandonar el miedo y abrir el corazón para aceptar a Jesús como una Buena Noticia que transforma toda la vida.

Los pastores: Para nuestro imaginario religioso colectivo los pastores son algo bonito, tierno, tal vez romántico. Pero históricamente los pastores constituían una clase despreciada, y su profesión hacía a las personas impuras ante la ley, ya que pertenecían a la clase de los que no conocían la ley y por lo mismo, eran considerados malditos (Jn 7,49). Pues precisamente a estos “desgraciados”, marginados y condenados a la maldición de ser empobrecidos, fue a los primeros que, según Lucas, se les anunció la Buena Noticia.  Y fueron ellos los que mejor respondieron al llamado del Señor.

Con los pastores como primeros destinatarios del mensaje y primeros en responder al llamado, confirmamos, como afirmó Ignacio Ellacuría que “de los pobres y de las víctimas nace esperanza (no el miedo que abunda en el primer mundo), y la fuerza para la conversión, el difícil cambio del corazón de piedra en corazón de carne, tan necesario al ver con cuánta dificultad el mundo de abundancia renuncia a su lujo insultante y sigue escenificando, sin avergonzarse, la parábola del ricachón y del pobre Lázaro”. En el contacto con los pobres de este mundo, diría Jonh Sobrino, descubrimos otros bienes fundamentales que están más presentes en el mundo de la pobreza que en el de la riqueza: alegría, creatividad, lucha, paciencia, arte, cultura, esperanza, y no sólo como elementos aislados, sino como “una civilización de la solidaridad”.

Nosotros hoy: cualquiera que sea nuestra situación, no nos dejemos vencer por el miedo. Jesús puede ser para nosotros el gran ignorado, una amenaza o una Buena Noticia. Muchas personas, entretenidas en la comida, los adornos y el bullicio de la fiesta de navidad, se pueden olvidar del motivo de la fiesta. Jesús seguirá siendo una amenaza para quienes, como Herodes, quieren aferrarse enfermizamente al poder y buscar sólo su propio interés egoísta. Jesús seguirá siendo una amenaza para quienes, aún en el nombre de Dios, están dispuestos a todo para mantener la hoja de ruta de una sociedad estructuralmente injusta.

Jesús seguirá siendo una Buena Noticia para quienes, inconformes con todo tipo de injusticia, estén en vela en la espera de algo distinto.  Para quienes quieran aceptarlo con un corazón bien dispuesto, seguir sus pasos y entregar su vida a la realización de la obra de Dios. ¿Qué tipo de noticia es Jesús para nosotros?

 

Oración

Padre y Madre Dios, te damos gracias por darnos como hermano y amigo a tu Hijo Jesús. Gracias por permitirnos acercarnos a Él, de esta forma tan elemental y sencilla. En conmemoración de su nacimiento, te pedimos que purifiques nuestras mentes y nuestros corazones de toda mancha, de todo miedo, de toda ambición, de toda codicia, de todo lo que nos aparta de la verdadera vida.

Hoy te pedimos que la sencillez, la espontaneidad y la alegría de los niños, inunden nuestros corazones. Que confiemos en ti, así como ellos confían plenamente en los cuidados de sus padres.

Queremos hacer parte de los hombres y mujeres de buena voluntad que aceptan con humildad y esperanza el camino de Jesús. Queremos que Jesús y su propuesta de vida sea siempre una Buena Noticia para nosotros. Que la alegría, las luces, la comida de Navidad y todas las manifestaciones externas, nos lleven a construir lazos de verdadera amistad y fraternidad en la que el primer invitado sea el niño Jesús. Que Jesús niño nazca en nuestros corazones, en nuestros hogares y comunidades, para que cada vez seamos mejores seres humanos. Que la alegría de Navidad inunde nuestros corazones y que la comuniquemos a todos nuestros hermanos. Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Preguntas y comentarios: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.

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Festival de Navidad en Casa Cristo

Enlace permanente 16 de Diciembre, 2009, 9:05

Viviendo un buen ADVIENTO para una feliz NAVIDAD

Festival de Navidad 2009Te invitamos a nuestro tradicional Festival de Navidad 2009 en Casa Cristo Redentor.  El 20 de dicimebre de 2009Iniciamos con la Misa Jíbara a las 10 de la mañana y luego tendremos un espectáculo musical, pulguero, bicicletada, y muchas sorpresas más. No te lo puedes perder. ¡Te esperamos!


"
Ser un joven redentorista es... dar la vida por la abundante Redención."
www.casacristo.com
Facebook: Casa Cristo Pjvr
Myspace: jurem_casacristo
Oficina PJVR (787) 732-1115

 

Despierta en tu familia el espíritu navideño

Despierta en tu familia el espíritu navideñoEs fácil que la Navidad se convierta para nosotros en compras, posadas y regalos, y si queremos darle un sentido más profundo reflexionando en su verdadero significado, nos ayudaría tomar en cuenta algunas de estas sugerencias:

Encienda los cirios de su Corona de AvientoCorona de Adviento

Es una tradición para los cristianos, el ir encendiendo una de las velas de la Corona de Adviento cada domingo, como preparación para la venida de Cristo. Así, cada uno de los cuatro domingos de Adviento se recordará que Cristo ha vencido al mundo y es la luz que ilumina nuestra vida. Se puede realizar en alguna de las comidas del día, en la que en familia, se rece una oración como preparación a la Navidad y se renueve el propósito de acoger al Niño Jesús en el corazón. Para saber más sobre su significado y obtener la oración que se puede dirigir cada domingo, ve a: Corona de Adviento.

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Moniciones para el IV Domingo de Adviento – Ciclo C

Enlace permanente 15 de Diciembre, 2009, 9:17

Moniciones para la Misa

Ciclo C

Tiempo de Adviento

IV Domingo

Autor: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                                      Fuente: www.scalando.com 

IV Domingo de Adviento -Ciclo C

"Con Jesús nace la esperanza"

Miq 5, 2-5a

Heb 10, 5-10

Lc 1, 39-45

Aquí estoy para hacer tu voluntad

Monición de entrada

La celebración litúrgica de hoy es una enseñanza sobre los hechos que iniciaron nuestra salvación. Miqueas anuncia el nacimiento del Mesías salvador. La visitación de la Santísima Virgen María a su prima Isabel nuestra a Cristo ya presente en el mundo, quien vino al mundo para hacer la voluntad del padre. De pie, por favor, para recibir la procesión con esperanza y alegría con el cántico de entrada.

Primera lectura: Miqueas. 5, 2-5a (De ti, Belén de Efrata, saldrá el jefe de Israel)

El canto jubiloso del profeta Miqueas anuncia la restauración de Jerusalén. El profeta ve a Jerusalén libre de su condenación. Escuchemos.

Segunda lectura: Hebreos (Aquí estoy para hacer tu voluntad)

Los antiguos sacrificios quitaban los pecados. Su valor era purificador, no definitivo. El sacrificio de Cristo santifica aniquilando el pecado total. Esta salvación se confirma con su entrada en el santuario celeste, por la resurrección.  Presten mucha atención a este mensaje.

Tercera lectura: Lc. 1, 39-45 (Visita de María a Isabel)

Algunas de las intervenciones de Dios en la historia de la salvación se califican como visitas de Dios a su pueblo o a algún personaje determinado. Hoy vemos el encuentro de dos grandes mujeres, Isabel y María. Es la escena de la visitación. La presencia de María nos dice que la promesa del Mesías está cumplida. Ella, por su fe, es alabada por Isabel. De pie, por favor, entonemos el Aleluya, para escuchar la Buena Nueva.

Oración Universal

Por los miembros de la Iglesia, para que siempre manifestemos la alegría de los hijos de Dios, roguemos al Señor.

Por los que gobiernan las naciones, para que cada uno sepa descubrir y ponga en práctica la parte que le corresponde en la construcción de un mundo mejor, roguemos al Señor.

Por nuestro país y sus habitantes, para que este Adviento sea tiempo de gracia, de paz y de arrepentimiento, roguemos al Señor.

Por los enfermos y ancianos, especialmente los de nuestras familias y los de la parroquia, para que su enfermedad sea oportunidad para crecer en la fe, esperanza y amor de Dios, roguemos al Señor.

Por  todos los jóvenes de nuestra comunidad y parroquia, para que descubran cuál es la voluntad de Dios en sus vidas, roguemos al Señor.

Por nosotros aquí reunidos en esta celebración eucarística, para que vivamos nuestro cristianismo con alegría, no sólo en nuestro corazón sino también en nuestros hogares y comunidad, roguemos al Señor.

 

 

Exhortación final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra Cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 423)

 

Hoy, Señor, te bendecimos con María, la Madre de Jesús,

Porque colmas el gozo de los pobres y humildes con tu venida.

Pero reconocemos que nuestra fe es pequeña e inmadura:

No sabemos creer con firmeza, estabilidad y equilibrio,

Pues no aguantamos la adversidad ni te alabamos en la bonanza.

Para un fiel seguimiento de Cristo, concédenos, Señor,

Asimilar el ejemplo de María de Nazaret, la mujer creyente,

La primera cristiana, la que creyó en ti en todo tiempo,

Para que, caminando firmes en la peregrinación de la fe,

Seamos capaces de repetir con Cristo y con María:

Padre, hágase siempre tu voluntad en nuestra vida.

 

Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

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Homilia para el IV Domingo de Adviento - Ciclo C

Enlace permanente 15 de Diciembre, 2009, 8:41

En Camino:

Homilía para el Domingo

Ciclo C

Tiempo de Adviento

IV Domingo

Autor:  Neptalí Díaz Villán CSsR.                                                                                                     Fuente: www.scalando.com 

IV Domingo de Adviento -Ciclo C

"Con Jesús nace la esperanza"

-         1ra lect.: Mq 5,2-5

-         Sal 79,2-3.15-16.18-19

-         2da lect.: Heb 10,5-10

-         Evangelio: Lc 1,39-45

María modelo

En nuestro mundo contemporáneo, muchas mujeres han salido del encerramiento y el anonimato en el que las tenía la sociedad androcéntrica (centrada en el varón), que poco a poco vamos superando. Hoy vemos mujeres participando activamente en la política, en la economía, en la educación, etc. Hoy hay mayor conciencia de la responsabilidad que tenemos todos los seres humanos, varones y mujeres, en la construcción de una humanidad nueva.

Hace unos años, cuando pasaba por la ciudad de Mocoa[1], fui testigo de una marcha de mujeres que protestaban contra las políticas de guerra impuestas por el gobierno central. Se habían reunido varios movimientos de mujeres para analizar la situación de sus regiones y para buscar salidas a la crisis. Sus gritos suenan hoy en mis oídos: “no queremos parir más hijos para la guerra… rechazamos las fumigaciones que deterioran la salud, la vida y acaban con el medio ambiente. Ni un peso más para la guerra, queremos escuelas... Rechazamos todo tipo de violencia, venga de donde venga… ”

He visto muchas de estas mujeres. Sobre todo en la periferia de los campos y en los asentamientos urbanos. Protestan, gritan y hacen oír su voz. Sueñan, se esfuerzan, trabajan unidas, y son capaces de convertir la trágica historia en una historia de salvación. Dan verdaderos signos de entrega generosa e inyectan la fuerza liberadora y transformadora del amor femenino. A pesar del patriarcalismo de la Biblia, en sus páginas también hallamos el testimonio de mujeres, como Rut, Agar, Judit, Esther, Ana, y porsupuesto: el de María de Nazaret, cuyo testimonio encontramos en el evangelio de hoy.

Lucas nos presenta a dos mujeres cuyos vientres gestaron vidas que, así como ellas, fueron ofrecidas para la salvación de la humanidad. Desde el lejano y desconocido Nazareth una mujer se negó a quedarse en su casa convertida en esclava, para realizar los oficios que los varones no hacían y para satisfacerlos en todas sus apetencias.

María la esposa del justo José, se declaró la sierva del Señor, más no la sierva de su esposo, como era usual en la época en la cual se consideraba a la mujer como una posesión más del marido. Se encaminó hacia las montañas, que simbolizan el lugar del encuentro con Dios. Allí se encontró con el Dios vivo, representado en la humanidad necesitada de Isabel, quien, ya en la vejez y en su vientre estéril, gestaba la vida del Bautista, pues para Dios no hay nada imposible.

María, portadora del Verbo encarnado y del Espíritu Santo, entró en la casa de Zacarías. Su presencia, sus palabras, su sencilla humanidad, hicieron que Isabel se llenara del Espíritu y que su criatura saltara de gozo. Lo que busca la fe cristiana no es precisamente, hacer que los seres humanos convirtamos nuestra vida terrenal en un infierno, para después gozar de un cielo supraterrenal. Nos acercamos al Dios no tanto mortificando nuestro cuerpo y convirtiéndolo en una cosa despreciable para parecernos más a Jesús crucificado, sino generando entre nosotros relaciones de amistad, justicia y fraternidad. Nos acercamos al Dios de Jesús cuando servimos a los demás y trabajamos unidos; cuando sonreímos, disfrutamos la vida y saltamos de gozo.

Ben-decir es, decir bien. Toda la vida de María habló bien de Dios porque transparentó su amor y su misericordia. El gozo de Isabel por la presencia de María, la impulsó a decir una frase valiosísima: “¡Bendita eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” Jesús y María hablaron bien de Dios porque durante toda su vida se comprometieron con Él y cumplieron a cabalidad su obra salvadora.

Con ésto podemos entender mejor la segunda lectura, cuando nos dice que a Dios no le agradan los holocaustos ni los sacrificios expiatorios, sino que acepta como ofrenda única y definitiva, la del cuerpo de Jesucristo. El cuerpo de Cristo como ofrenda única y definitiva no equivale a su sangre derramada y a su ignominiosa muerte en la cruz, supuestamente para calmar la ira de un dios justiciero. Es la entrega de Jesús como persona; su cuerpo y su sangre, es decir: todo su ser al plan de Dios para el ser humano. La voluntad salvífica de Dios no fue la muerte de su hijo, sino hacerlo partícipe de nuestra naturaleza humana con un amor grande capaz de transformarlo todo. A Dios se agrada no tanto con el ofrecimiento de sacrificios externos que para nada nos comprometen como personas, sino entrando en comunión con el Padre, con nosotros mismos, con  el mundo y con los demás seres humanos, como lo hizo Jesús.

El evangelio cierra con una bienaventuranza: ¡Bienaventurada eres tú, que creíste que se cumpliría lo que el Señor te anunció!”. Las bienaventuranzas constituyen el mensaje central del nuevo testamento y sintetizan el plan de Dios para el ser humano: una humanidad plena y feliz. Después de ésto no viene nada más. Todos los dogmas de los padres de la iglesia sobre María se quedan pequeños ante las palabras de la “estéril” anciana que resaltó lo verdaderamente importante de aquella mujer sencilla de Nazareth.

María es la mujer Bienaventurada porque le creyó a Dios, y porque Dios creyó en ella para encomendarle una obra del tal magnitud que ella realizó a plenitud. La fe de María no fue una fe ciega de levitaciones y beatitudes celestiales que rayan con la tontería. La oración y la fe de María no tienen nada que ver con aquellos cuadros que representan a María como una mujer embobada, envuelta en un nirvana celeste y alejada de todo lo terreno.

La fe de María es la fuerza interior, el impulso vital para ponerse en camino hacia el prójimo necesitado, aún arriesgando la seguridad personal. Es el impulso vital para realizar la obra de Dios, para cambiar la historia de una forma sencilla, muchas veces silenciosa, pero siempre con decisión, entrega y amor puro, puestos al servicio de los necesitados. Por eso ella es la mujer feliz por excelencia; un modelo de mujer y de discípula para las mujeres y para toda la humanidad.

¡Ya se acerca el niño! “¡Despierta, despierta, levántate, Sión! Vístete de fiesta Jerusalén, ciudad santa… ¡Sacúdete el polvo! ¡Levántate, Jerusalén, tú que estabas cautiva, y desata las ligaduras de tu cuello, Hija de Sión!” (Is 52,1ª.2) ¡Ya se acerca el niño!, el fruto del vientre de una mujer aldeana que fue capaz de ponerse en camino para seguir la voz de Dios y para ir al encuentro del prójimo. ¡Ya se acerca el niño!, tejido del vientre puro de una mujer pobre y buena, que le creyó a Dios y se entregó con alma, vida y corazón, a su obra salvadora. ¡Ya se acerca el niño!. Lo encontraremos en la medida que, como María, nos pongamos en camino hacia los más débiles. Lo encontraremos especialmente en el rostro de aquellos que hoy, como le pasó al niño Jesús, no tienen espacio en el mesón. Lo encontramos en aquellos que sobran, que estorban, que ensucian las calles con sus ropas raídas, que no caben en nuestros colegios, en nuestras universidades y en nuestras reuniones sociales o religiosas. ¡Ya se acerca el niño!

 

Oración

Padre y Madre Dios, te bendecimos y te damos gracias por este tiempo de Adviento y Natividad, por todo el ambiente de alegría y de gozo, de reflexión y de encuentro, en el que experimentamos tu presencia salvadora en medio de nosotros. Gracias por el hermoso testimonio de María, la mujer bienaventurada. Gracias por su grandeza humana manifestada en su humilde servicio, en su recia decisión de ponerse en camino para acompañar generosamente a su pariente necesitada; en su palabra, en su silencio, en toda su vida.

Te pedimos Padre y Madre Dios, amor creador y recreador de todas las cosas, que multipliquemos en nuestras familias y comunidades, las bellas actitudes de María. Que seamos capaces de salir de nuestro ego para ir al encuentro del prójimo y servirle con amor generoso. Que creamos un ambiente de amistad y un espíritu de armonía. Que Navidad sea símbolo, no tanto de estrenos, gastos y endeudamiento innecesarios, sino de verdadera alegría, de gozo espiritual y de crecimiento como seres humanos.

Que vivamos esta fiesta con un corazón de niño. Que la memoria de Jesús niño haga brotar en nosotros todos los buenos sentimientos de los niños, toda la alegría y la confianza puesta en ti. Que seamos capaces de vencer el odio, el resentimiento, el miedo y todo lo que amenaza nuestra vida. Que seamos, como María, portadores del Espíritu Santo, generadores de vida, de alegría y de esperanza. Que seamos, como María, hombres y mujeres de una fe auténtica, en palabras y obras. Que seamos, como nuestra Bienaventurada Madre María, hombres y mujeres bienaventurados, portadores generosos de tu gracia, sembradores de vida y comunicadores de felicidad. Nosotros los seguidores de tu Hijo, te presentamos todo esto y lo que está en el fondo de nuestros corazones, por Él que vive y ama por los siglos de los siglos. Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Preguntas y comentarios: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.

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[1] Mocoa es una pequeña ciudad capital del Putumayo, uno de los departamentos más azotados por la violencia en Colombia. La concentración de la que fui testigo, se llevó a cabo en la plaza central de Mocoa, el 26 de noviembre de 2003; en ella participaron más de 3.000 mujeres de organizaciones comunitarias. 

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Moniciones para la fiesta de Ntra. Sra. de Guadalupe

Enlace permanente 11 de Diciembre, 2009, 10:08

Moniciones para la Misa

Nuestra Señora de Guadalupe

Patrona de México y América

12 de diciembre

Autor: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                    Fuente: www.scalando.com 

Hazpara ver las lecturas de hoy: 
Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros, pecadores Isaías 7, 10-14

O bien

Eclesiástico (Sirácides) 24, 23-31

Gálatas 4, 4-7

Lucas 1, 39-48

 

Monición de entrada

Hoy celebramos, con especial alegría, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Reina del pueblo mexicano y patrona de toda América.  Esta fiesta es una de las más estimadas y celebradas por nuestros pueblos de nuestro continente americano.  Esta fiesta está situada a muy pocos días de otra gran celebración mariana: la de la Inmaculada Concepción; también se sitúa en un tiempo “fuerte” del calendario litúrgico: el Adviento.  El Adviento es el tiempo mariano por excelencia, ya que María es el principal modelo de la espera de Cristo.  De pie, por favor para cantar con alegría y júbilo el canto procesional.

 

Isaías 7, 10-14 (La virgen está en cinta)

 

Este texto del profeta Isaías nos ofrece tres elementos dignos de tomar en cuenta: 1) la señal, 2) el niño y 3) la joven.  La joven era conocida del rey, seguramente era su esposa de hacía poco; lo que no se puede saber es si ya estaba encinta o lo estaría poco después.  Presten atención.

 

O bien

 

Eclesiástico (Sirácides) 24, 23-31 (Regaré mi huerto y empaparé mis jardines)

 

El texto que vamos a escuchar en breves segundos, como primera lectura es, tomado del libro del Eclesiástico o Sirácides; es parte de un himno en elogio a la Sabiduría.  Escuchen atentos, hermanos, este importante mensaje.

 

Gálatas 4, 4-7 (Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer)

 

En la lectura que se proclamará a continuación, Pablo, escribiéndoles a los cristianos de Galaxia, hace una condensación del tema de la Encarnación.  Se expresa la condición fraterna del Redentor “nacido de una mujer, nacido bajo la ley”.  Escuchemos atentos, hermanos, la exhortación de san Pablo.

 

Lucas 1, 39-48 (Visita de María a Isabel)

 

San Lucas nos presenta el anuncio del ángel Gabriel, donde María después de haber recibido el anuncio y después de haber concebido en su seno al Hijo de Dios, el autor de la vida, ella siente la necesidad de ir en ayuda de su parienta, quien en edad ya avanzada está también embarazada.  Abran muy bien sus oídos, pónganse de pie y entonemos el Aleluya, para la proclamación del Evangelio.

 

Oración Universal

 

Después de cada invocación, diremos: “Escúchanos, Padre

Por la Iglesia, nuestra diócesis y nuestra parroquia, para que, como María sea pobre y humilde y ponga toda la esperanza en su Señor.  Oremos.

 

Por el Papa Benedicto, por nuestro Obispo N. y por nuestro párroco N., para que tengan siempre en su corazón el gozo que viene de Dios y lo sepan transmitir con su espíritu fraterno.  Oremos.

 

Por nuestras familias, y por todas las familias de nuestra comunidad parroquial y diocesana, para que aprendamos a querernos más y procurar el bien de todos, y nos ayudemos a crecer en la fe y en la esperanza.  Oremos.

 

Por nuestros jóvenes, para que a ejemplo de María, procuren descubrir cuál es la voluntad de Dios para sus vidas y sepan seguirle en la vida religiosa y sacerdotal.  Oremos.

 

Por cada uno de nosotros, para que experimentemos siempre la protección de María Nuestra Señora de Guadalupe y sepamos, como ella, ofrecer a Jesucristo al mundo. .  Oremos.

 

Exhortación final

María, Virgen

Esperanza nuestra,

De Jesús la aurora,

Puerta del cielo.

Madre de los hombres,

estrella del mar,

llévanos a Jesús.

Danos sus promesas.

Eres Virgen Madre:

la llena de Dios,

la esclava del Señor.

Hoy venimos a pedirte:

que seas nuestra protectora

y que acompañes nuestro caminar

Hacia tu Hijo, Jesús,

y hermano nuestro.

 

Amén.

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 Preguntas, comentarios y agradecimiento a: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

 

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Homilia para el III Domingo de Adviento - Ciclo C

Enlace permanente 8 de Diciembre, 2009, 13:46

EN CAMINO

Tiempo de Adviento, ciclo “C” 

III Domingo

 

Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.                            Fuente: www.scalando.com

 

LECTURAS:

 

-       1ra lect.: Sof 3,14-18ª

-       Sal Is 12,2-6.

-       2da lect.: Flp 4,4-7

-       Evangelio: Lc 3,10-18

 

El ministerio de Sofonías

Al parecer Sofonías fue contemporáneo de Jeremías y de Nahum. Es posible que el nombre de Sofonías, (que significa Yahvé ha ocultado), se deba a la época en la cual le tocó vivir, llena de situaciones difíciles, comos las atrocidades perpetradas por Manasés, quien hizo derramar mucha sangre. (2 R. 21.16).

Después de la muerte del rey Ezequías (715-687 a.C.), el estado religioso del reino de Judá se deterioró. La religión se convirtió en algo meramente ritual y externo; se dedicaban a repetir tradiciones y a realizar ritos vacíos. Manasés, hijo de Ezequías, reedificó los altares del dios Baal y con esto resurgió el culto a otros dioses, calificado por los profetas como un culto idolátrico. Para los profetas esto equivalía al rechazo a la alianza.

Las profecías de Sofonías denuncian la idolatría que veía en Jerusalén. Su mensaje tiene un tono melancólico y amenazante. Declaró que el juicio de Dios, o la hora de Yahvé como él la llama, sería inminente. Pero en medio de las amenazas por “el día de Yahvé”, el profeta también anunció un tiempo de gracia y de salvación. Dijo que Dios hacía pasar a su pueblo por los fuegos de la aflicción, con el fin de prepararlos para que fueran una bendición para toda la humanidad. En el fragmento que hoy leemos invita a cantar con júbilo, pues la misericordia de Dios hace posible el perdón y su mano generosa los salva de las calamidades. Por tal motivo no debe existir el miedo, que es signo de la falta de fe.

La presencia indulgente de Dios debe ser un aliciente para vencer el desaliento y para continuar con los proyectos como pueblo:Aquel día se dirá a Jerusalén: Sión, no tengas miedo, no te dejes vencer del desaliento. El Señor tu Dios está en medio de ti; él es invencible, él te salvará. Contigo él goza y es feliz, y de nuevo te hará sentir cómo te ama; y contigo compartirá la alegría de los días de fiesta.”

También Pablo en su carta a los filipenses, invitó a sus hermanos a cambiar la actitud ante los acontecimientos humanos. A no dejarse agobiar por las penas y a elevar peticiones y acciones de gracias al Señor. A tratar a todo el mundo con amabilidad y a vivir siempre alegres porque el Señor está cerca. Cuando asumimos nuestra vida con la certeza de que el Señor está cerca y nos da la mano, caminamos más seguros, y viviremos más tranquilos y en paz.

 

La pregunta moral

Con la lacerante predicación del Bautista, el pueblo reflexionaba sobre su propia situación personal y comunitaria. Descubría que algo andaba mal y que de una u otra manera, todos tenían responsabilidad y por lo tanto todos debían hacer algo para transformar esa realidad. De ahí la pregunta: “¿qué debemos hacer nosotros?”  Eso es lo que se llama la pregunta moral: “¿Qué es lo bueno y qué debo hacer? La pregunta moral busca que el individuo se comprometa con su propia historia personal y comunitaria. Que aprenda a captar dónde están la bondad y la maldad de las cosas y que opte por el bien.

Podemos aprovechar este texto de Lucas para hacernos también nosotros la pregunta moral. Después de un análisis real y concienzudo que nos ayude a identificar nuestra realidad interna y externa, nuestro mundo interior y exterior, podemos preguntarnos: ¿Qué debemos hacer? Vivimos en un ambiente familiar, social, eclesial, estudiantil o laboral. Estamos rodeados de familiares, amigos, vecinos y compañeros, así como de ideologías que nos venden unos “valores” de moda, caminos y propuestas tentadoras.

Nos encontramos a cada momento con la necesidad de decidir entre un camino u otro, entre la acción o la omisión. Es necesario formar una conciencia coherente con la realidad, recta y capaz de descubrir la bondad o la maldad de las cosas, para optar por el bien y dejar el mal. De tal manera que, ante tantas propuestas de nuestro mundo, podamos “escoger la mejor de las posibilidades y realizarla”, como dijo el viejo Aristóteles.

La vida de fe tiene que ayudarnos a ser personas con calidad ética. Porque “el ser”, “el pensar” y “el creer” nos deben conducir “al hacer”. Es decir, que la fe debe traducirse en obras concretas de justicia y fraternidad.

La invitación es para todos: “No hay pobre que no pueda dar, ni rico que no pueda recibir”. Y como dijo San Francisco: “dando es como recibimos; perdonando es como somos perdonados; y muriendo es como nacemos a la vida entera.”

El Bautista invitó a que todos compartieran, inclusive a los más pobres: “el que tenga dos túnicas, que le de una al que no tiene, el que tenga alimentos que haga otro tanto”. La verdadera vivencia del Adviento y la Navidad no está tanto en estrenar, como en compartir y hacer brotar de nosotros sentimientos de misericordia. Ese es el verdadero culto a Dios.

Ante la pregunta moral el Bautista no respondió con discursos o flexiones piadosas. Fue al grano. A los recaudadores le dijo: “No exijan más de lo que está mandado.” A los soldados le dijo: “No exijan dinero por la fuerza ni hagan denuncias falsas; conténtense con su sueldo.” Y les dijo eso porque, entre otras cosas, caían en esas actitudes con las cuales hacían mucho daño a la gente.

Adviento y Navidad tienen que representar para nosotros un espacio de reflexión para evaluar nuestra vida. Este tiempo es una oportunidad para pensar y descubrir qué elementos necesitamos cambiar; todas aquellas actitudes injustas con el prójimo o con nosotros mismos. ¿Qué nos diría hoy el Bautista?, ¿Qué debemos hacer como padres de familia, como hijos, como trabajadores, como empresarios, como miembros de una iglesia o de la sociedad?

Ante la situación de nuestro mundo, la gran mayoría quiere cambios y pide por la paz mundial. Pero ¿estamos dispuestos a cambiar nosotros y a trabajar para lograrlo? Mi familia, mi comunidad, mi ciudad, mi país, cambiarán con el aporte de todos. Nada ganamos con echarle la culpa a los demás por las duras situaciones: “¡Que la iglesia está en crisis por culpa de los curas!”, “¡Que la sociedad está mal por culpa de los políticos! ¿Se me olvida que yo también  soy iglesia? ¿Se me olvida que yo también soy ciudadano y que, por acción o por omisión, elijo los líderes, y que tengo responsabilidad social?

Para finalizar digamos que en este domingo hay una especial invitación a la alegría. La primera y la segunda lectura invitan a cantar, a bailar, a saltar de gozo y a estar siempre alegres por la acción de Dios. En la literatura bíblica la alegría es consecuencia de la acción de Dios en el pueblo y el cumplimiento de sus promesas. Aunque en nuestra vida pasemos momentos duros no podemos perder la ilusión y la alegría de vivir. La fe en Dios tiene que expresarse también en nuestra capacidad para superar los conflictos, y para estar siempre alegres. Decía Teresa de Ávila: “un santo triste es un triste santo”.

Oración

Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, te damos gracias por todas las bendiciones que cada día recibimos de ti. Gracias por este tiempo de Adviento para reflexionar y para tomar decisiones que nos ayuden a ser mejores seres humanos.

Ayúdanos a vencer el miedo y a enfrentar nuestra vida con alegría y esperanza porque tú estás cerca de nosotros. Tú siempre nos escuchas y nos das la mano para vencer todos los obstáculos en nuestra búsqueda de felicidad y plenitud. Ayúdanos a vencer sin dejar vencidos a nuestro paso, a ganar sin dejar perdedores a la deriva, a cantar victoria sin que otros tengan que llorar por su fracaso. Danos la sabiduría para generar soluciones integrales e integradoras a tantos retos que este mundo nos presenta; soluciones eficientes, eficaces, y de carácter comunitario y equitativo.

Ayúdanos a descubrir nuestro ser y quehacer en la historia. A vivir de manera coherente con nuestro ser de hijos tuyos y seguidores de tu Hijo Jesús. Que la gracia de tu Espíritu inunde nuestros corazones de alegría y que manifestemos tu presencia viva y eficaz a nuestro alrededor. Danos un corazón fuerte y decidido para luchar, limpio y grande para amar, amable y generoso para dar. Ayúdanos a actuar de manera correcta moral y éticamente. A vivir la justicia, la equidad, la fraternidad y la solidaridad.

En tus manos vencemos el miedo, nos sentimos hijos, libres y seguros, porque en tus manos somos conducidos irreversiblemente a la plenitud de la felicidad y a la alegría completa. Todo esto te lo pedimos unidos a Jesús Hijo tuyo y hermano nuestro, que vive y hace vivir, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Preguntas y comentarios: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.

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Monciones para la fiesta de Inmaculada Concepción de María

Enlace permanente 5 de Diciembre, 2009, 15:04

Moniciones para la Misa

Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R. devquezmorales@yahoo.es

 

Inmaculada Concepción de María

Patrona de los Misioneros Redentoristas

Monición de entrada

 

En el contexto litúrgico del adviento celebramos esta fiesta de la Inmaculada Concepción de María, patrona de la Congregación del Santísimo Redentor (Los Redentoristas).  El de adviento, sin lugar a dudas es el lugar litúgico de lo mariano, pero en este tiempo se entiende mejor el significado de María.  El día 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX definía que la Virgen María, por gracia y privilegio de Dios, fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción.  Les invito para que se pongan de pie para empezar, cantando, esta liturgia en honor a María, nuestra Madre.

 

Primera lectura: Gén 3, 9-15.20 (Primer pecado y primer anuncio de salvación

 

Escucharemos a continuación un relato del libro del Génesis; éste nos indica que el origen de esa situación tan negativa es que el ser humano ha querido traspasar sus límites y ocupar el lugar de Dios: en vez de gozar el paraíso que él le había regalado y de seguir sus indicaciones; ha querido decidir por el mismo dónde estaba el bien y dónde estaba el mal.  Escuchen, atentos este pasaje.

 

Segunda lectura: Ef 1, 3-6.11-12 (Dios nos eligió en la persona de Cristo)

 

En Jesucristo todos son invitados a participar de la vida de Dios.  Por eso los creyentes son llamados  a menudo “los santos”.  Otro lenguaje habitual en el Nuevo Testamento para expresar esa misma realidad es el de la filiación, presente en el himno de la carta a los efesios, de donde está tomada la lectura que a continuación vamos a escuchar.

 

Tercera lectura: Lc 1,26-38 (Alégrate, María, llena de gracia)

 

Escucharemos el episodio del anuncio del nacimiento de Jesús, narrado por san Lucas.  María reconoce la mano de Dios en estos acontecimientos y se muestra dispuesta a cumplir su voluntad.  De pie, por favor, para escucha esta Buena Noticia, pero antes entonemos el Aleluya,

Oración de los fieles

A cada petición responderemos diciendo: “Que tu Santa Madre, Señor, interceda por nosotros”

 

  1. Por la Iglesia que peregrina en este mundo con la esperanza de la gloria que un día se nos descubrirá; en comunión con María, Madre de la Iglesia.  Roguemos al Señor.

  2. Por la unión de las Iglesias divididas por el pecado; en comunión con María, madre de todos los creyentes en Cristo.  Roguemos al Señor.

  3. Por los enfermos, los moribundos, y por todos los que se encuentran en cualquier necesidad; en comunión con María, salud de los enfermos y consuelo de los afligidos.  Roguemos al Señor.

  4. Por nosotros que nos disponemos a celebrar la liturgia de la mesa eucarística, anuncio del banquete del reino eterno; en comunión con María, intercesora nuestra ante su Hijo Jesús.  Roguemos al Señor.  

 

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Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

 

 

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