Scalando : Misioneros Redentoristas

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Febrero del 2011

 

Moniciones: X Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A

Enlace permanente 27 de Febrero, 2011, 1:29

Moniciones para a Misa



IX Domingo

Bendición o maldición


Monición de entrada


Buenas noches, días, tardes:
El mensaje de la Liturgia de la Palabra de este domingo nos viene a plantear serios interrogantes: ¿a qué categoría de creyentes pertenecemos? ¿Somos la casa edificada sobre roca o sobre arena? A lo mejor, dada nuestra debilidad y ambigüedad, pertenecemos a ambas situaciones: somos fuertes en tiempo de bonanza y débiles en tiempo de prueba. Por eso la invitación es a revisar nuestros cimientos, más aún en tiempos de crisis.
Hermano, te invito a meditar y a orar en la Palabra de Dios para asimilar cuál es su voluntad. Participar en la Eucaristía no es una simple devoción y, menos aún frío cumplimiento de una obligación impuesta, sino que debe ser una expresión importante de nuestra fe personal y comunitaria.


Primera lectura: Deuteronomio 11, 18.26.28

El libro del Deuteronomio nos presenta a Moisés hablándole al pueblo y le presenta los dos caminos. “Yo les pongo delante la bendición o la maldición”, subrayando los dos viejos caminos por los que el hombre podía caminar. La bendición y la bendición, dependiendo, si escuchan o no, los preceptos del Señor.


Segunda lectura: Romanos 3, 21-25.28

En su carta a los romanos san Pablo nos dice “la justicia de Dios se ha manifestado independiente de la ley”. Esta justicia de Dios no es más que su bondad, su misericordia, su amor, su clemencia y perdón y sus ansias de comunión con el ser humano y esto nos llega por la fe en Cristo Jesús y esta justicia se nos ofrece a todos sin distinción alguna.


Tercera lectura: San Mateo 7, 21-27

Escucharemos ahora el mensaje de Jesús, narrado por san Mateo, el Señor nos propone un camino. Camino que no es camino. Es un paso, el cual es obligatorio. O pasamos o nos quedamos. Nos toca a nosotros pasar a Él y dejarle a Él pasar a nosotros. Es vivir en Él, porque Él ha puesto su tienda entre nosotros. La tarea es pasar de mi “yo”, a su “Yo”. En otras palabras es aceptar su plan de salvación.


Para la oración Universal:

Por la humanidad, para que en todas sus religiones encuentren en la práctica del amor el camino que nos llevará al encuentro con el verdadero Dios, roguemos...

Por todos nosotros y nosotras, para que nuestra práctica respalde nuestras palabras, nuestro hacer a nuestro decir, roguemos...

Por esta comunidad, para que esta Eucaristía venga respaldada por nuestro compromiso en la práctica de cada día, y nos dé fuerza para vivir la semana en plena entrega a la práctica del amor, roguemos...

Por un aumento en las vocaciones en la vida religiosa y sacerdotal, especialmente para nuestra diócesis y nuestras comunidades religiosas, roguemos...


Exhortación Final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 134)

Hoy te bendecimos, Señor, porque tu palabra es vida.
¡Bienaventurado el que la escucha y la cumple fielmente!
Será casa que, edificada sobre la roca, aguanta el vendaval,
Y árbol junto a la acequia, cuyas hojas nunca se marchitan.

Porque tu ley, Señor, es perfecta y es descanso del alma;
Tus mandatos son rectos y alegran nuestro caminar por tus sendas;
Tus normas son lámpara radiante que da luz a lo ojos del ciego:
Tus mandamientos son enteramente justos y razonables, Señor,
Son más preciosos que el oro, más dulce que la miel de un panal.
Por eso tu ley es mi herencia, la alegría de mi vida.
Inclina mi corazón a cumplir tu ley siempre y cabalmente.

Amén.

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.


Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

Nota: en este servicio podrá aparecer publicidad.  Queremos aclarar que no está bajo nuestra responsabilidad, gracias a esos anuncios, este mensaje te llega gratuitamente.

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Moniciones: Miércoles de Ceniza. Ciclo A

Enlace permanente 27 de Febrero, 2011, 1:03

Tiempo de CUARESMA Ciclo A miércoles de Ceniza

Moniciones para a Misa


Miércoles de Ceniza

En Camino hacia la Pascua


Monición de entrada


Buenas noches, (días, tardes).   Hoy la Iglesia inicia el Tiempo de Cuaresma, tiempo de gracia y compasi¢n. La cuaresma es una invitaci¢n: a renovar nuestro compromiso Bautismal por medio de la oraci¢n, una oraci¢n que sea m s profunda, a una penitencia comprometida, individual y comunitaria, al amor en solidaridad con los m s necesitados. Por la imposici¢n de la ceniza, el mismo nos llama a convertirnos, creer en el Evangelio y caminar hacia la Pascua.

Primera lectura Jl 2, 3;12-18 (Conviértanse al Señor, su Dios)

El profeta Joel nos presenta la cercanía del día del Señor. De ahí la importancia del llamado a la conversión. La conversión no debe ser sólo externa. No hay que rasgar (romper) las vestiduras, sino el corazón. Es un moviendo de retorno al Dios Creador y Salvador por medio de la oración, el ayuno y los actos de penitencia.
Segunda lectura II Cor 5, 20-6,2 (Ahora es tiempo de gracia y salvación)

El Apóstol Pablo se nos presenta en esta lectura como embajador de Cristo. El de Cristo es la reconciliación. Cristo entregó su vida por los pecadores. No podemos despreciar ese don. "Déjense reconciliar con Dios". También nos recuerda san Pablo que "Ahora es el tiempo de gracia".

Tercera lectura Mt. 6,1-6.16-18 (Limosna, oración y ayuno)

Las tres obras buenas de un buen judío eran: 1- La limosna, 2- La oración y 3- El ayuno. El Evangelio de hoy trae el tema de la verdadera religiosidad, el nuevo espíritu que debe animar al cristiano. Cristo nos insiste en la INTERIORIDAD de espíritu cuando practicamos el ayuno, la oración y cuando damos limosna.

Oración Universal:
A cada invocación, ustedes responderán: "Señor, danos un corazón nuevo" 

Por la Madre Iglesia, para que nos proclame siempre las exigencias del mensaje evangélico, roguemos al Señor… 

Por todos los cristianos, para que esta Cuaresma sea para ellos un tiempo de conversión del corazón, roguemos al Señor… 

Por los gobernantes, especialmente los nuestros, para que sirvan a todos con justicia y respeto, roguemos al Señor… 

Por los que sufren en desempleos, en vicios, en las cárceles, para que consigan liberación y sepan unir sus sufrimientos a los de Cristo, roguemos al Señor… 

Por cada uno de nosotros, los aquí presentes, para que cada día de Cuaresma sea un encuentro con Cristo, roguemos al Señor… 

Exhortación Final

Dios te espera en esta Cuaresma:

¿DÓNDE? 
En la Puerta de nuestro confesionario, en los actos penitenciales en las comunidades.

¿PARA QUÉ?
-Para perdonarte todos los pecados
-para ayudarte a que no vuelvas cometerlos
-para devolverte la paz y la tranquilidad
-para que comiences una nueva vida, sin cuentas pendientes

¿CÓMO?
-Sin ningún rencor
-Con los brazos abiertos
-Como al hijo que se había ido y que ahora vuelve al hogar paterno.
-Con un nuevo plan para ti, mejor que el que echaste a perder.


Hermano el Señor te invita a que "Volvamos nuestros ojos y nuestra vida a Dios". No pierdas esta oportunidad.


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Moniciones: VIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A

Enlace permanente 21 de Febrero, 2011, 0:22

Tiempo Ordinario Ciclo A VIII Domingo

Moniciones para a Misa


Tiempo Ordinario-Ciclo A


VIII Domingo

Dios o el dinero


Monición de entrada


Buenas noches, (días, tardes).  Este domingo recibiremos la exhortación de Jesús a esperar y confiar en Dios, tal vez, a algunos les parezca pecar de ingenuidad y de evasión de la realidad cotidiana. Pero, hay un largo espacio entre la confianza a la que nos anima Jesús y la “preocupación excesiva” por el mantenimiento corporal. 


Primera lectura Isaías 49, 14-15 (Aunque la madre se olvide de su criatura, yo no te olvidaré)

La primera lectura de hoy, tomada del libro del profeta Isaías, es brevísima, nos expresa espléndidamente el amor que Dios nos tiene. Presten mucha atención.


Segunda lectura 1 Cor. 4,1-5 (El Señor manifestará los designios del corazón) 

San Pablo, en su primera carta a los corintios viene a insistirnos que los servidores del Evangelio tienen que ser fieles a la administración que se les confío. Escuchemos.


Tercera lectura Mt. 6,24-34 (No se angustien por el mañana) 

Quiero recordarles que el evangelista guía de este año es Mateo, el publicano que, como cobrador de los impuestos para el pueblo romano, era considerado un “pecador”, traidor a su religión y a su patria. En el texto que hoy nos presenta Jesús profundiza el sentido de confianza en Dios y lo sitúa en la realidad misma de cada día, de pie, por favor, para entonar el Aleluya, para luego escuchar la Buena Nueva de hoy.

Oración Universal

A cada invocación, ustedes responderán: “Padre guíanos hasta tu Reino” 

1. Por toda la Iglesia de Jesús para que asuma con valentía y decisión la búsqueda del reino de Dios. Roguemos al Señor. 

2. Por todos aquellos que se han convertido en discípulos de Jesús para que puedan vivir confiadamente en la misericordia de Dios. Roguemos al Señor. 

3. Por los jóvenes de nuestras comunidades y parroquia para que, descubran su vocación y puedan seguir a Cristo en la vida religiosa y sacerdotal. Roguemos al Señor. 

4. Por todos nosotros, reunidos en esta asamblea para que, la Eucaristía que celebramos aumente en nuestros corazones la confianza en la providencia amorosa de Dios Padrea. Roguemos al Señor..


Exhortación final
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 132)
Jesús
Dios Padre providente, que alimentas las aves del cielo
Y vistes de vivo color y limpia hermosura las flores del campo,
Enséñanos a poner nuestra confianza en ti que eres nuestro Padre,
Nos quieres con ternura y conoces nuestras necesidades.
Señor de los graneros, danos hoy nuestro pan de cada día,
Y líbranos de la angustia obsesiva del día de mañana,
Para que, asimilando los criterios de Jesús, vivamos libres
De la fiebre del tener y consumir, del poseer y acaparar,
Y seamos capases de compartir lo nuestro con los hermanos. 
Haz, señor que busquemos sobre todo tu reino y tu justicia,
Seguros de que tú nos darás lo demás por añadidura. Amén.


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En camino: VI Domingo de Adviento. Ciclo A

Enlace permanente 11 de Febrero, 2011, 12:52

EN CAMINO

Tiempo Ordinario, ciclo “A”

 

VI  Domingo

 

Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.                            Fuente: www.scalando.com

 

·         1ra lect.: Eclo 15,16-21

·         - Sal 118

·         - 2da lect.: 1 Cor 2,6-10

·         - Evangelio: Mt 5,17-37

 

Dar plenitud

 

El fragmento del Evangelio que compartimos hoy es continuación de los proclamados los dos domingos anteriores, correspondientes al llamado Sermón de la Montaña, la nueva Ley para el seguidor de Jesús. Se trata de una exposición de las exigencias de la Ley de Moisés, para una comunidad judeo-cristiana que busca su identidad como tal. ¿Cómo ser judío y cristiano a la vez? Mateo quiere responder a esa pregunta con estos fragmentos.

Es importante ubicar adecuadamente el texto en su contexto para que ilumine mejor nuestra vida de fe y nuestro propio camino con Jesús, para nosotros que no somos judíos, sino, sencillamente, cristianos.

 Cuando se habla del la Ley y los Profetas, no se refiera a un código, sino a toda la revelación bíblica, es decir, a todo el Primer Testamento, con todas las esperanzas del Reinado de Dios, con toda la promesa de una nueva vida para el pueblo. Los Evangelios insisten en decir que las profecías se cumplían en Jesús. Mateo emplea el verbo plerosai – dar cumplimiento) para indicar que en la persona de Jesús, Dios estaba cumpliendo su promesa (1,22; 2,15.17.23; 4,14; 12,17…). Jesús no echa por tierra todas las esperanzas del pueblo, lo que hace es realizarlas en plenitud. En Jesús, Dios cumple su promesa con el ser humano, en Jesús se ven realizadas las esperanzas del pueblo.

“Porque les aseguro: antes que desaparezcan el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerán de la Ley antes que todo se realice”. Aquí sí habla sólo de la Ley. Pero no habla de  dar cumplimiento (plerosai), sino de realizar (genetai). El punto de partida de la Ley de Moisés es la experiencia del Éxodo, la liberación de la esclavitud y la búsqueda de la tierra prometida. No se trata de hacer cumplir cada precepto, prohibición o amenaza del código judío, sino de realizar los anhelos de libertad que hay en el pueblo. “Se pensaba en los tiempos de Jesús, y así lo enseñaban los rabinos, que el Mesías tenía qua hacer el Éxodo definitivo; que el éxodo que hizo Moisés no era más que una figura anticipada del éxodo definitivo, de la liberación definitiva y de la tierra prometida definitiva, que llevará a cabo el Mesías”[1]

Mateo afirma que la liberación de la esclavitud, el camino del Éxodo y la llegada a la tierra prometida se va a hacer realidad en la medida que el creyente haga camino con Jesús, permita que el Espíritu oriente su vida y haga realidad la justicia del Reino. No se trata de observar la Ley, porque la Ley antigua ya no será tenida en cuenta como código ético para la vida del seguidor de Jesús. No porque la Ley judía sea mala sino porque al cristiano se le hace una nueva propuesta de vida a partir de la palabra y el testimonio de Jesús.

En cuando a la Ley judía, hay algunas cosas que sí deben ser superadas radicalmente como la venganza o la ley del talión. Hay otras cosas que se creían abominables y hoy las consideramos normales como comer mariscos (Lev 11,10ss),  tocar un cerdo (Lev 21,20) o llevar un vestido de dos tejidos diferentes (Lev 19,19s). Asimismo hay cosas que permitía la Ley, pero hoy vemos que atentan contra la dignidad humana, como la posibilidad de vender a la hija como esclava (Ex 21,7). Hay cosas buenas que manda la Ley como el amor a Dios y a los hermanos, pero el creyente actuará no porque haya una ley de fuera que le diga lo que debe o no debe hacer, sino porque permite que el Espíritu de Dios actúe en él y oriente su vida.

Se trata de pasar de la edad infantil en la que se actúa, por una ley de fuera a madurar como ser humano y actuar desde dentro con el Espíritu de Jesús resucitado. “Como Jesús viene a empezar la edad adulta de la humanidad, todo lo que sea código externo de conducta se ha terminado. Es ahora el principio interno del hombre, ese Espíritu nuevo, el que lo lleva. Eso es ser adulto. Por eso la Ley como código está completamente abolida…El Éxodo se abrió con la muerte de Jesús cuando él da su Espíritu, y nosotros vamos saliendo de la sociedad injusta, que es la tierra de la esclavitud, para entrar en la tierra prometida, que es ésta comunidad que vamos creando, que queremos crear, donde la relación humana es relación de amor. No de rivalidad, no de hostilidad de unos con otros, no de dominio, no de prestigio, sino de igualdad, de entrega, de solidaridad.”[2]

Cuando se habla de mandamientos más pequeños no hace referencia a la Ley antigua, sino a las Bienaventuranzas, que Mateo lo llama mandamientos para indicar que están en continuidad armoniosa con los antiguos, pero sin llegar a la casuística fundamentalista de los escribas y fariseos, como lo veremos ahora. No se trata de un desprecio por lo antiguo sino de darle todo su valor. La Ley antigua será para el seguidor de Jesús un motivo de inspiración, de reflexión, de oración, si es preciso, mas no se tendrá en cuenta como código de obligatorio cumplimiento, porque sí.

Las Bienaventuranzas deben ser no tanto un código represivo y restrictivo, sino una continua fuente de inspiración, un reto constante, una utopía que debe ser tenida en cuenta para realizar la vida, para evaluar la fidelidad a la Nueva Alianza sellada con la sangra de Cristo.

La vivencia de las Bienaventuranzas será la puerta de entrada al Reino de Dios. Quien no acepte de palabra o de obra, quien no viva en ese espíritu, no podrá ser testigo de su obra. Y no se trata de una amenaza con la exclusión del Reino, se trata de algo lógico: quien no viva la misericordia, no podrá alcanzar misericordia, no porque Dios lo castigue, sino porque así es. Quien no abre su corazón al perdón, al amor, al servicio, quien se cierre en su egoísmo, se autoexcluye de la nueva vida que viene como consecuencia del Reino.

“Por eso, el que suprima uno solo de los mandamientos más pequeños y les enseñe eso a los demás, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Pero el que los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.” Quien cumpla, porque ¡eso sí! primero es la vivencia, la experiencia, la práctica, y enseñe, con su vida y con su palabra, será grande en el Reino de los cielos, será testigo de la grandeza del amor de Dios que se manifiesta al ser humano.

Los escribas y fariseos eran personajes paradigmáticos en su momento por ser hombres religiosos y cumplidores de la Alianza. Tenían buen nombre y eran respetados por todos. Nadie se atrevía a dudar de la reputación de un fariseo, de la sabiduría de un escriba, ni a cuestionar su vivencia religiosa y fiel cumplimiento de la Ley. Pero, Jesús era “un atrevido”, pues se metió en el rancho de estos incuestionables personajes y descubrió que detrás del manto de santidad con el que se cubrían, detrás del estricto cumplimiento de la ley se escondían personajes miedosos, escrupulosos y fanáticos que pasaban lo fundamental de la vida que es una vivencia en el amor misericordioso de Dios reflejado en el prójimo. Escribas y fariseos se la pasaban mirando con lupa los 635 preceptos y prohibiciones de la Ley, llenos de escrúpulos: porque rozaron su mano con un pagano, porque en la plaza tuvieron que comprarle vino a un pecador, porque un ratón pisó chimenea y entonces había que tumbarla y hacer otra, porque en sábado se podían caminar sólo unos cuantos pasos… en fin, amargaban su propia vida y amargaban la de los demás, con el pretexto de mantener la pulcritud de la religión.

Mateo señaló que por ahí no es el camino. Que el seguidor de Jesús debe superar ese legalismo fanático y hacer una opción radical por la justicia del Reino. La fidelidad a la alianza no debe ser medida por el cumplimiento o la violación de unos preceptos dados desde la estratosfera, sino por una radical entrega y generosidad a la construcción de la justicia, de la fraternidad y solidaridad vivida por Jesús y sus auténticos seguidores. Así que hoy en día no vale la pena estar como los fariseos pensando si utilizó o no utilizó condón, si se tomó o no se tomó la pastilla, si fue el sábado o el domingo a la misa, si esta misa es de precepto o no es de precepto y otras cosas, que sin dejar de ser importantes, no pueden determinar la vivencia cristiana. Lo que hay que ver es qué sentido le doy a mis relaciones humanas, a mi afectividad, a la vivencia de la fe, a mi compromiso con la justicia del Reino en el hoy de mi historia. Si soy honesto conmigo mismo y con los demás, si estoy construyendo honestamente mi vida y contribuyo a la realización de una mejor humanidad.

 

Estos temas generales no impiden que se analicen y se invite a reflexionar y a actuar honestamente en temas concretos, como los que vienen:

a)      Homicidio: matar no es sólo quitar la vida física. Hay otras formas de acabar con la vida de la otra persona o de un grupo social. Cuántas personas hoy soportan una vida de sufrimiento y dolor porque desde niñas recibieron desprecios. Porque les dijeron que no valían, que no servían para nada, que no eran dignas de amar. Cuántos pueblos hoy son víctimas de grupos homicidas, tanto de bandas criminales identificadas, como de criminales de cuello blanco que saquean el erario público, manipulan a su antojo la contratación, impiden soluciones, entorpecen procesos de saneamiento, y tienen el descaro de presentarse como “la fórmula ganadora” ante los votantes que se echan asimismo la soga al cuello, porque al fin y al cabo cada pueblo tiene los gobernantes que se merece si no es responsable de su destino. El Evangelio va más allá e invita a pensar en las relaciones humanas, en los sentimientos y pensamientos que nos mueven a obrar a favor o en contra de los demás. A superar odios, rencores, egoísmos, palabras y expresiones destructivas y todo aquello que detiene nuestra vida.

b)      Adulterio: nuestra mentalidad sexista tiende a llevarnos pensar que la infidelidad es exclusivamente acostarse con otra persona distinta a la pareja. El Evangelio invita a revisar los pensamientos, sentimientos e impulsos del corazón, y la forma como miramos y deseamos. También el adulterio es todo tipo de falsificación fraude, de infidelidad a compromisos profundos con otra u otras personas. En la pareja se es infiel cuando se anula a la otra persona, cuando se incumplen compromisos de perseverancia, de mutua edificación, cuando no se es leal, cuando se esconden verdades, cuando se juega sucio de cualquier manera… Por eso vale la pena recordar: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”

c)      Opciones radicales: Hay cosas, costumbres, elementos de nuestra cultura, de nuestra personalidad y hasta personas, que definitivamente debemos arrancar de nuestra vida para siempre. Algunas veces estas realidades están profundamente arraigadas a nosotros, como lo están nuestros miembros. Pero nos hacen daño y ponen en peligro nuestra vida tanto como si alguno estos miembros estuvieran gangrenados. Por eso, aunque nos duela en la misma proporción como si tuviéramos que quitarnos un pie, un ojo o una mano, hay que salir de ellos. Y, si es preciso, vale la pena buscar la ayuda de un cirujano, de un especialista X para que nos ayude a pensar, a optar y a actuar con radicalidad. Porque todo aquello que amenace la vida, que la afecte negativamente, que detenga su normal desarrollo, cualquiera que fuera su ropaje, debe ser cortado, aunque duela. Se trata de salvar la vida, de darle más calidad y dignidad. Vale la pena pensar qué elementos de mi vida necesito cortar.

d)      Divorcio: En el tiempo de Jesús estaba permitido el divorcio pero sólo cuando los varones lo decidían, tal como lo manda Dt 24,1s. Esto hacía que muchas mujeres tuvieran que soportar la convivencia o sobrevivencia con un marido ogro, o el divorcio y el posterior abandono, (pues la mujer no podía tener bienes) por cualquier motivo que disgustara al hombre, como el simple hecho de dejar quemar el pan, o de tener derriere caído después de 10 hijos. Con la negativa del divorcio lo primero que se busca es detener esa injusticia. Segundo, el Evangelio invita a tomar en serio la vida matrimonial, a darle solidez a las opciones vitales que el ser humano hace, sobre todo cuando se trata de unión afectiva en la que, además, se ven involucradas otras vidas, en este caso los hijos. A encontrarle un sentido auténtico a la indisolubilidad del matrimonio, no tanto como una Ley que reprima y obligue, sino como una gran oportunidad para realizar en plenitud la vida humana. Dicho proyecto no se logrará sin el compromiso decidido de los dos, la perseverancia, la constancia y, por supuesto, la ayuda divina.

e)      Juramentos: En la parte civil naturalmente se necesitan los contratos, los papeles, los documentos, etc. Pero en la vida diaria, cuando la persona es honesta y le da valor a su palabra, cuando se valora a sí mismo y tienen una buena autoestima, no necesita poner el nombre de nada ni de nadie como testigo. Es necesario, sencillamente, respetar el nombre de Dios y hacer valer nuestra palabra.

 

Oración

Oh Padre y Madre Dios, te damos gracias porque en Jesús encontramos la plenitud de la revelación; tu amor misericordioso se hace visible en la palabra y la obra de Jesús. Te pedimos que hagas desaparecer entre nosotros toda irresponsabilidad ética. Que nos ayudes a ver los peligros de llevar una vida desordenada, “sin dios y sin ley”, y a optar decididamente por realizar un proyecto vital sobre bases sólidas de responsabilidad, honestidad, justicia, lealtad, verdad y todo aquello que nos enseñó tu Hijo querido.

Líbranos del legalismo farisaico que muchas veces predomina en el interior de nuestras comunidades. Líbranos de tomar a la ligera e irresponsablemente esta nueva alianza sellada con la sangre de Jesús. Ayúdanos a vivir con autenticidad ese hermoso camino que primero recorrió tu Hijo y que ahora nos corresponde a nosotros realizarlo para hacer parte de los bienaventurados del Reino. Sólo con tu ayuda podremos dar lo máximo y alcanzar esta utopía cristiana.

Nos abrimos a la gracia de tu Espíritu para que hagamos realidad tu proyecto de salvación, en unión con todos nuestros hermanos que creemos en Jesucristo, hijo tuyo y hermano nuestro que vive por los siglos de los siglos. Amén.

 

Comentarios al autor: neptalidv@yahoo.com

 

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[1] MATEUS Juan, Sermón del Monte. Colección biblia No 17. Quito. Verbo Divino. 58.

[2] IBID 60

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Moniciones: VI Domingo de Adviento. Ciclo A

Enlace permanente 11 de Febrero, 2011, 12:16

Tiempo Ordinario Ciclo A VI Domingo

Moniciones para a Misa


Tiempo Ordinario-Ciclo A


VI Domingo

La Nueva ley de Cristo


Monición de entrada


Buenas noches, (días, tardes).  Hermanos en Cristo, hoy celebramos el sexto domingo durante el año. Las lecturas de hoy nos exhortan a participar de las riquezas espirituales de la casa del Padre. Esta invitación es basada en el regalo que el Padre nos dáhaciéndonos hijos libres. Poseemos la libertad sobrenatural que el Resucitado nos ha merecido y que nos capacita para llegar al Padre. Comportémonos como libres, hijos de Dios, pensando, actuando y viviendo según el evangelio. De pie por favor para recibir la procesión de entrada mientras cantamos.


Primera lectura Eclesiástico 16, 16-21 Dios no mandó pecar al hombre (Libertad y pecado

En su infinita sabiduría, Dios nos ha dado el don de la libertad para que lo amemos espontáneamente y con corazón sincero y generoso. El bien y el mal, la vida y la muerte se nos ofrecen como opción. La libertad es a la vez grandeza y riesgo. Es responsabilidad del hombre lograrse o malograrse. Ni lo uno ni lo otro acontece en ausencia de Dios. Escuchemos.

Segunda lectura 1 Cor 2,6-10 Una sabiduría que no es de este mundo

Hacemos recto uso de nuestra libertad cuando nos comportamos según la Sabiduría sobrenatural que ha sido revelada por Dios. Es la Sabiduría del Evangelio, en todo opuesta a la visión egoísta y sensual de la vida que el mundo propone a sus seguidores. Pongamos atención a éste profundo mensaje.


Tercera lectura Mt. 5,17-37 Se dijo a los antiguos…, pero yo les digo

Vivir según el Evangelio es vivir en la luminosa libertad de los hijos de Dios, echando a un lado toda virtud fingida y todo arrastrado legalismo. La libertad del Espíritu no acaba con la ley, más bien le confiere la plenitud necesaria que da felicidad eterna. De pie por favor.


Oración Universal:

Por la Iglesia; para que en su legislación se trasparente siempre el mandamiento nuevo de Cristo, roguemos al Señor.

Por los adeptos de las religiones no cristianas, fieles cumplidores de sus preceptos religiosos; para que descubran en Cristo la plenitud de toda ley, roguemos al Señor.

Por los que elaboran las leyes; para que procuren siempre lo que es justo e interesa al bien común, roguemos al Señor.

Por nosotros que nos disponemos a celebrar la eucaristía; para que vivamos sus exigencias de amor fraterno, roguemos al Señor.




Exhortación Final

Te bendecimos, Padre, porque gracias a la unión con Cristo, la

ley vivificante del Espíritu nos ha liberado de la ley del pecado

y de la muerte, para vivir en la libertad de tus hijos.

Jesús mismo, con su palabra y su ejemplo, nos impulsa

a una respuesta personal y agradecida al don de tu amor de Padre.

En su nueva ley evangélica adquiere plenitud la antigua,

y el espíritu desborda sobre el marco de la letra escrita.


Concédenos, Señor, caminar bajo la guía de tu Espíritu,

sin gratificar nunca los deseos y las obras de la carne,

para vivir gozosamente la ley de Cristo con plena fidelidad.

Así tu ley será nuestro gozo y nuestra fortaleza.  Amén.



Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.


Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.
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Moniciones V Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A

Enlace permanente 2 de Febrero, 2011, 9:57

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