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Alfonso: El fundador de los Misioneros Redentoristas
31 de Julio, 2011, 23:12
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Alfonso: El fundador de los Misioneros Redentoristas |
Por Domingo Vásquez, C.Ss.R. |
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Nos encontramos en el año 1696, de nuestra era, el 27 de septiembre, día dedicado a losgloriosos mártires Cosme y Damían, nace Alfonso de Ligori, en Nápoles (Italia). Sus padresfueron José De Ligorio (un noble oficial de la marina) y de la noble Ana De Cavalieri. El hombre tuvo un destino fuera de serie. Nacido en la nobleza napolitana e hijo de militar, alumno superdotado, atraído por la música, la pintura el dibujo, la arquitectura. Su nombre viene de dos raíces germánicas: addal, hombre de noble origen, y funs, pronto al combate. Alfonso era noble por nacimiento, sí: pero mucho mejor, caballero de Cristo, siempre pronto y en la brecha para los combates de Dios...
Alfonso fue un hombre de una personalidad extraordinaria: noble y abogado; pintor y músico; poeta y escritor; obispo y amigo de los pobres; fundador y superior general de su congregación; misionero popular y confesor lleno de unción; santo y doctor de la Iglesia.
Hay que mi admirar los múltiples talentos que tenía Alfonso y la fuerza creadora que poseía. A los 12 años era estudiante universitario y a los 16 era doctor en derecho, es decir, abogado. Como misionero popular y superior general de su Congregación y obispo, llevó a cabo una gran labor, a pesar de su delicada salud. Desde los 47 a los 83 años de su vida, publicó más o menos 3 libros por año.
“Alfonso fue un hombre de una personalidad extraordinaria: noble y abogado; pintor y músico; poeta y escritor; obispo y amigo de los pobres; fundador y superior general de su congregación; misio nero popular y confesor lleno de unción; santo y doctor de la Iglesia”. |
En su vida particular Alfonso vivió actitudes que podemos interpretar como protesta frente a la corrupción de su medio ambiente. Con su estilo de vida ejerció una fuerte crítica de su tiempo y de su sociedad.
En un sistema de profundas diferencias de clase renunció a los privilegios de la nobleza y a sus derechos de ser primer hijo, es decir, primogénito.
A finales de julio de 1723, en un día de calor intenso y pegajoso, Alfonso se dirige al Palacio de Justicia de Nápoles. Se celebrará el juicio más sonado del reino entre dos familias: los Médici y los Orsini. Las dos familias quieren para sí la propiedad del feudo de Amatrice. Estaba en juego una gran cantidad de dinero.
Alfonso es un joven abogado de 26 años de edad. Los Orsini lo han elegido para su defensa por una sola razón: es competente y ha ganado todas las causas.
Se ha preparado muy bien, ante el tribunal defiende la causa con maestría. Está seguro que defiende la justicia. A pesar de eso, Alfonso es derrotado, pero se da cuenta de que el origen de esta sentencia está en las maquinaciones políticas e intrigas políticas (cosas desconocidas para nosotros hoy).
Como herido por rayo, el abogado de manos limpias queda por un momento estupefacto. Después rojo de cólera, lleno de vergüenza por la toga que lleva, se retira de la sala de justicia, profundamente desilusionado, sus palabras de despedidas quedaron para la historia: “¡Mundo, te conozco!... ¡Adiós, tribunales!”. No vive este acontecimiento, decisivo en su vida, desde la agresividad y la frustración, al contrario, los asume como fecundidad, siembra y profundización interior, se retira, eso sí lo tiene muy claro. Y al hacerlo toma una opción personal radical: se niega a la corrupción, rechaza que el hombre se realice manipulando o dejándose manipular y elige una forma nueva de libertad y liberación, el seguimiento de Jesús.
Profundamente conmovido Alfonso se va a visitar a sus amigos, los enfermos del “Hospital de los incurables”. Mientras atendía a los enfermos se ve a sí mismo en medio de una grata luz... Parece escuchar una sacudida del gran edificio y cree oír en su interior una voz que le llama personalmente desde el pobre: “Alfonso, deja todas las cosas ven y sígueme”.
Tras la renuncia de los tribunales, Alfonso estudia unos años de teología y recibe el sacerdocio el 21 de diciembre de 1726, en la Catedral de Nápoles, tenía 30 años de edad. Se hace sacerdote en contra de un padre autoritario, como don José, con asombro lo descubre muy pronto en los barrios marginados evangelizando a los analfabetos con sorprendentes predicaciones
En una de sus muchas misiones Alfonso cae enfermo. Ante la gravedad de la situación, los médicos intervienen y le exigen un largo descanso en la sierra. Elige la zona de Amalfi, costera y montañosa a la vez. Fue con un grupo de amigos. Quiere aprovechar el descanso para vivir intensamente la amistad y la oración en común.
Cerca de Amalfi está Scala, un lugar precioso a medio camino entre la playa y la altura de la sierra. Más arriba de Scala, está Santa María de los Montes, una pequeña ermita. A Alfonso le gustó. Era bueno compartir la amistad y la oración en casa de María de Nazaret.
Alfonso y sus amigos se ven sorprendidos por los pastores y cabreros que vienen a pedirles la palabra de Dios. Es el momento clave en la vida de Alfonso. Ahora más que nunca descubre, de verdad que el Evangelio pertenece a los pobres y que ellos lo reclaman como suyo. Y decide quedarse con ellos para dárselo a tiempo completo.
Nos encontramos en el año 1730. Alfonso decide por vez primera, reunir una comunidad consagrada a la misión de los más pobres. En los primeros días de noviembre de 1732 Alfonso deja definitivamente la ciudad de Nápoles y en burro parte para Scala para reunirse con su primer grupo de compañeros, quienes habrán de ser los Redentoristas. Son unos días de intensa oración y contemplación. Sabe que la redención abundante y generosa es un don gratuito y se abre a él en disponibilidad plena.
El día 9 de noviembre de 1732 nace la congregación misionera del Santísimo Redentor, mejor conocido como los Misioneros Redentoristas. No es fácil fundar una congregación religiosa en el reino de Nápoles en el siglo XVIII. Hay demasiados diocesanos y religiosos y muchos conventos en este país pobre y mal administrado
Desde el 9 de noviembre de 1732 hasta la Pascua de 1762, cuando es nombrado obispo, pasan 30 años felices en la vida de Alfonso dedicado a la misión, la dirección de su grupo y a la publicación de sus obras.
Alfonso muere en Pagani, el día 1 de agosto de 1787, a la hora del ángelus. Tenía más de 90 años. Fue beatificado en 1816, canonizado en 1831 y proclamado doctor de la Iglesia en 1871.
Alfonso solía decir que la vida de los sanos es Evangelio vivido. Esto se lo podemos aplicar a él mismo. Sus ejemplos inquietan y arrastran. ¡A veces nos asusta enfrentarnos a un hombre como éste, que era capaz de vivir tan radicalmente el Evangelio!
Hoy, los Misioneros Redentoristas, continuamos anunciando el misterio gozoso de la redención abundante y generosa en toda la Iglesia. Los redentoristas, como Alfonso, no somos propagandistas de una doctrina, somos testigos de Cristo que viene al encuentro de la humanidad.
Sus seguidores
Alfonso murió. Su sueño, sin embargo, continúa vivo en la vida de sus seguidores. Especialmente debido a la labor de Clemente María Hofbauer, los redentoristas se esparcen por el mundo entero. En ellos, el Redentor continúa derramando vida en el corazón de los que no cuentan para el mundo y en el de los abandonados. La Congregación del Santísimo Redentor es lugar y presencia donde el Redentor prosigue su misión: “He sido enviado a evangelizar a los pobres”.
¿Dónde estamos presentes? ¡En cerca de setenta y cinco países!
Somos un pueblo de muchas lenguas y de culturas diferentes.
Una cosa, sin embargo, nos une: la evangelización de los pobres abandonados.
¡Alfonso!, ¡Gracias por tu vida, por tu sueño, por tu horizonte de tan amplias miras! En nombre de los pobres abandonados, ¡Gracias de corazón! |
Para la fiesta de San Alfonso
Lecturas/Moniciones/Imágenes |
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Moniciones: XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A
24 de Julio, 2011, 23:56
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Moniciones para a Misa
Por Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.
Tiempo Ordinario-Ciclo A
XVIII Domingo
Multiplicación de los Panes
Monición de entrada:
Muy buenas (noches, días, tardes). Las lecturas de hoy nos hacen pensar en las estadísticas y las imágenes patéticas de la realidad de la pobreza y del hambre en el mundo, en que a nosotros nos ha tocado vivir. Vivimos en un mundo donde tres cuartas partes de la población está infra-alimentada y una gran parte de la misma es víctima del hambre, las enfermedades y la muerte prematura. La gran masa del mundo y sus riquezas son tan sólo para el 20 por ciento, mientras que el ochenta por ciento se tiene que contentar con las migajas. Pidamos que el Redentor nos sacie, por nuestra participación en esta Eucaristía, con el pan de vida y nos haga más solidarios con todos los que padecen hambre en este mundo.
Primera lectura: Isaías 55, 1-3 (Dios alimenta gratuitamente a su pueblo)
En la primera lectura de hoy el profeta Isaías nos invita a buscar a Dios y a convertirse a Él. Esta invitación está expresada en la invitación a un banquete: agua, vino, leche, buena comida, platos sustanciosos, que nos serán ofrecidos gratuitamente. Lo único necesario para alcanzar esta abundancia de bienes es encaminarse hacia Dios, escuchar su voz y vivir atento a su voluntad.
Segunda lectura: Rom 8, 35.37-39 (Nada podrá apartarnos del amor de Dios)
Lo que ha hecho Jesucristo por la humanidad es expresión de un amor tan fuerte que nada ni podrá deshacerlo, escucharemos un texto de Pablo a los romanos, donde nos ofrece una lista de siete sufrimientos, muy actuales al hombre de hoy, el apóstol asegura que ninguno de ellos es suficientemente fuerte para separarnos del amor de Cristo, entonces: ¿quién podrá separarnos del amor de Cristo?
Tercera lectura: Mateo 14, 13-21 (Multiplicación de so panes y de los peces)
La Eucaristía es el pan de los tiempos mesiánicos. Las comidas de Jesús tienen mucha importancia en el Evangelio. Sus narraciones están llenas de contenido teológico. Eran el signo del pan imperecedero, del pan vivo, del pan que da la vida. Las palabras de Jesús en este texto de san Mateo: “tomó los panes, levantó los ojos al cielo, los bendijo y partiéndolos se los dio a sus discípulos; los discípulos se los dieron a la gente…”, son prácticamente las palabras de la institución de la Eucaristía, con el mandato incluido de llevar este pan, llevar a Cristo y cuanto Cristo significa al mundo entero.
Oración universal
A cada petición contestaremos: “Señor, danos siempre de ese pan”
Por los que han recibido la misión de anunciar el Evangelio del reino de Dios y de educar en la fe a los creyentes, roguemos al Señor.
Por todos los que han descubierto lo realmente importante en su vida y por ello han renunciado generosamente a todo lo demás, roguemos al Señor.
Por los que no se sienten capaces de optar por los bienes del reino de Dios, roguemos al Señor.
Por todos nosotros, llamados a descubrir el tesoro escondido, la perla de gran valor, y preferir sobre todo el reino de Dios, roguemos al Señor.
Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno. Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.
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Moniciones: XVII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A
18 de Julio, 2011, 18:43
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Moniciones para la Misa |
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Tiempo Ordinario |
XVII Domingo |

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Autor: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R. Fuente: www.scalando.com |

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Haz para ver las lecturas del día |
Citás Bíblicas |
- 1ra lect.: 1 Re 3,5.7-12
- Sal 118,57.72.76-77.127-130
- 2da lect.: Rom 8,28-30
- Evangelio: Mt 13,44-52 |
"Valor absoluto del reino de Dios" |
Monición de entrada:
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Muy buenas (noches, días, tardes). Buenos días, tardes, noches. La invitación del Señor a disfrutar de la oportunidad de gozar de su reino nos la reafirma hoy. Miremos dónde estamos y decidamos a dónde queremos ir; la decisión es de cada un y la Iglesia te ofrece los instrumentos para que seas parte de ese reino. El Señor te ama y te invita a la conversión, no lo dejes para después, puede ser tarde. Escuchemos las lecturas de hoy que te ayudarán a tomar o a reafirmar la mejor decisión de tu vida. De pie para recibir al celebrante con el cántico de entrada.
Primera lectura: I Re 3, 5.7-12 (Salomón pide a Dios Sabiduría)
Hoy el Señor te enfrenta a un reto. Tienes una encomienda que realizar y puedes intentarlo solo o reconocer la necesidad de acudir por ayuda. Decides que es más importante: tus logros personales o el cumplimiento de la tarea, pensando en el bienestar de los demás. Te invito a que escuches con atención la lectura y consideres si harías como Salomón.
Segunda lectura: Rom 8, 28-30 (Dios nos predestinó a ser imagen de su Hijo)
En esta lectura san Pablo nos dice que Dios cumple siempre su promesa. Todos hemos sido llamados, pero unos responden de una manera y otros de otra ¿Cómo has respondido tu a ese llamado? ¿Dónde está Cristo en esa respuesta tuya? Pon tu oído y tu corazón en el mensaje de san Pablo para que reafirmes tu amor al Señor
Mateo: 13, 44-52 (Parábolas del tesoro, de la perla y de la red)
San Mateo nos trae nuevamente otra parábola sobre el reino de los cielos. Si verdaderamente crees y amas al Señor no tendrás reparo en desprenderte de lo que sea necesario para tener y gozar de ese reino que te ofrece Cristo. El mensaje es un aliciente para los que viven conforme a las enseñanzas del Evangelio y una invitación a la conversión para los que están de espalda al Señor.
Oraciones universarl:
“Venga a nosotros tu Reino, Señor”
- Por la Iglesia, su jerarquía para que, siembre la semilla del Evangelio en terreno fértil, que dé frutos en abundancia. Roguemos al Señor…
- Que los gobernantes de las grandes naciones decidan ayudar a las naciones más pobres, sin esperar nada a cambio. Roguemos al Señor…
- Por los enfermos, los pobres, los marginados, los reambulantes, para que ellos también encuentren un Felipe que les explique el Evangelio. Roguemos al Señor…
- Por el núcleo familiar, para que la Palabra de Dios sea parte esencial en la formación de los hijos y guías en la conducta de los padres. Roguemos al Señor…
- Por nuestros jóvenes, para que en el torbellino tecnológico de hoy haya siempre un oasis de paz en el conocimiento de las Escrituras. Roguemos al Señor…
- Por una aumento de vocaciones en la vida religiosa y sacerdotal. Roguemos al Señor…
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Solemnidad del Santísimo Redentor: 3re domingo de julio
11 de Julio, 2011, 1:22
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Solemnidad del Santísimo Redentor
Fiesta titular de los Misioneros Redentoristas |
Moniciones |
"Me amó y se entregó por mí" |
(Gál 2,20) |

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Cuadro pintado por San Alfonso María de Ligorio. Las llagas de Jesús-señales de su amor redentor-son como flechas que hieren el corazón de los hombres. |
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Los Misioneros Redentoristas fueron fundados hace 271 años, en 1732, por San Alfonso María de Ligorio en un pueblecito pequeño en el sur de Italia llamado Scala. Bajo el amparo del mismo Redentor, hoy, aquel pequeño grupo de misioneros se ha convertido en una comunidad mundial con más de 5,000 miembros. Esta comunidad misionera que ha heredado la espiritualidad y el celo de su fundador celebra su fiesta titular del Santísimo Redentor. Nosotros como comunidad parroquial celebramos con ellos el significado profundo del lema de la congregación: “En El hay abundante Redención”. |
ENTRADA:
Los Misioneros Redentoristas fueron fundados en 1732, por San Alfonso María de Ligorio en un pueblecito pequeño en el sur de Italia llamado Scala. Bajo el amparo del mismo Redentor, hoy, aquel pequeño grupo de misioneros se ha convertido en una comunidad mundial con más de 5,000 miembros. Esta comunidad misionera que ha heredado la espiritualidad y el celo de su fundador celebra su fiesta titular del Santísimo Redentor. Nosotros como comunidad parroquial celebramos con ellos el significado profundo del lema de la congregación: “En El hay abundante Redención”. El evangelio de salvación que anuncian los Redentoristas por medio del trato cercano y cariñoso con la gente, hace visible el llamado de Dios mismo a todos los hombres y mujeres a una vida nueva por medio de la conversión. No es un Dios temible y castigador el que los redentoristas anuncian sino, un Dios que ha multiplicado los esfuerzos para darnos a conocer su amor y que finalmente “nos ha enviado su único hijo”. No para condenar el mundo, sino para que el mundo se SALVE por El. Pongámonos de pie para comenzar la celebración de estos misterios que nos dan vida.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA: Isaías 55, 3-5
En nuestra primera lectura, el profeta Isaías está predicándole al pueblo de Israel que vive la última etapa de su destierro. El le anuncia a Israel una esperanza renovada y la misión universal que le aguarda a su regreso a la tierra prometida. Esa profecía recibe pleno cumplimiento en Jesús el redentor. Jesús ungido por el Espíritu Santo, lleva a la humanidad entera por el camino de una nueva vida en el reino de su Padre. Los Misioneros Redentoristas son los continuadores de esa misión de Cristo y por eso se afanan por llamar a las hombres y mujeres a cambiar sus corazones, y abrazarse a Dios en una nueva alianza de vida y amor, y a vivir y dar testimonio de esa vida en comunidad. Escuchemos.
MONICIÓN SEGUNDA: Romanos 5, 12-19
La Carta de San Pablo a los Romanos da testimonio de la buena noticia de que en Cristo la humanidad posee una nueva identidad y vocación. Según Pablo, somos hijos renacidos y rescatados de la muerte y el pecado. El pecado de la humanidad simbolizado en ADÁN, es reparado y sanado por la entrega de CRISTO, el nuevo Adán. El destino de los seres humanos en adelante no es la muerte eterna sino la vida eterna. Este maravilloso regalo se dio porque Jesús, siendo inocente, tomó sobre sus hombros toda nuestra culpa para que nosotros pudiéramos renacer y ser hombres y mujeres nuevos. Dios, en la persona de su Hijo es el que toma la iniciativa para que nosotros, perdidos y muertos por el pecado seamos perdonados y podamos heredar el reino de la luz y la vida.
MONICIÓN AL EVANGELIO: Juan 3, 13-18.21
Nicodemo no puede comprender la obra maravillosa que Dios se disponía hacer a través de su Hijo, Jesús. Era Dios mismo quien le ofrecía a la humanidad una oportunidad de renacer a una vida libre de las heridas y las ataduras del pecado. Siguiendo el ejemplo de Cristo, los redentoristas continúan y extienden aquello que es lo más importante de la redención, la salvación de los que están perdidos. Como Cristo que vino a los pobres, los pecadores, y los desprotegidos, así mismo, los redentoristas son enviados a anunciar el amor grande de Dios a los más abandonados, los más débiles y los más pecadores de nuestros tiempos. El anuncio de la buena noticia acompañado con las obras de justicia y reconciliación, renueva desde dentro a los individuos y a los pueblos y produce en la humanidad el segundo nacimiento que Jesús le anunció a Nicodemo.
ORACIÓN UNIVERSAL:
1. El Salvador del mundo vino a proclamar la dicha a los pobres, el consuelo a los humildes y la reconciliación a los enemigos, pidamos que todos los Misioneros Redentoristas, a imitación de Jesús , puedan ser signos de esperanza y vida para nuestro pueblo, roguemos al Señor.
2. Cristo, esperanza nuestra que destruiste la muerte e iluminaste la vida, concédenos que, contra toda esperanza, mantengamos nuestra esperanza en ti, roguemos al Señor.
3. Señor Jesús, Tú que fuiste enviado por el Padre para rescatar a los que estaban sometidos a la ley del pecado y la muerte y para que recibieran la adopción de hijos, concédenos que sepamos dar nuestra vida por nuestros hermanos, roguemos al Señor.
4. Por la comunidad de misioneros Redentoristas que viven aquí entre nosotros para que su vida sea de esperanza alegre, de ardiente amor, y de entrega celosa a la evangelización y servicio de los más pobres, roguemos al Señor. |
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Moniciones: Nuestra Señora del Carmen 16 de julio
11 de Julio, 2011, 1:16
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Autor: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R. Fuente: www.scalando.com |

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Haz para ver las lecturas del día |
Citás Bíblicas |
- I Lect.: 1Co. 15,3-4.16-16
- 2 Lect.: Gal. 4: 4-7
- 3 Lect.: Jn 2, 11-11
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"María, la primera salvada por la Pascua de Jesús" |
Monición de entrada:
Muy buenas (noches, días, tardes). Hoy 16 de julio, celebramos con orgullo y gozo la fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Como en el evangelio de hoy, nosotros experimentamos muchas veces en nuestra vida la intersección, la preocupación y el amor de ella. Con su "Si" a la voluntad de Dios, ella nos dio a Cristo cuya presencia llena la tierra y nos invita a crecer en comunidad como hermanos. Llenos de alegría por ésta, fiesta nos ponemos de pie para hacer la procesión de entrada cantando.
Primera lectura: 1Co. 15,3-4.16-16
En esta lectura tomada del primer libro de crónicas, el autor habla sobre el altar de la alianza. El objeto más sagrado de la religión israelita. Ella representaba la presencia de Dios en medio de Israel. Por siglos la iglesia ha llamado a María, "el arca de la nueva alianza". Escuchemos.
Segunda lectura: Gal. 4: 4-7
En su carta a los Gálatas San Pablo escribe que Cristo intervino totalmente en la historia humana. Dios padre envió a su Hijo para que podamos ser hijos de Dios. Cristo nació de María para liberarnos y salvarnos. Escuchemos con atención esta corta y única lectura en donde San Pablo habla de la virgen María.
Tercera lectura: Jn 2, 11-11
El evangelio según San Juan nos relata el primer milagro de Cristo en la boda de Caná. Faltó el vino. Ante esta situación María pidió ayuda con plena confianza y esperanza. Por la petición de su madre, Jesús adelantó la hora de hacer aquel milagro. En señal de respeto nos ponemos de pie.
Oración Universal
1. Por nuestra santa madre iglesia Católica, y toda su jerarquía, para que mantenga vivo en los fieles el amor a nuestra Señora de la divina Providencia, Roguemos al Señor.
2. Por nuestro país y sus habitantes, para que pongamos nuestros valores en las cosas espirituales en vez del dinero y poder, Roguemos al Señor.
3. Para que surjan vocaciones sacerdotales y religiosas dentro del pueblo de Dios, Roguemos al Señor.
4. Por los necesitados, los desamparados, los que sufren, los que viven en soledad y miseria, para que busquen refugio y ayuda en nuestra Señora del Carmen, Roguemos al Señor.
5. Por nosotros los aquí presentes, para que siempre tengamos a María como madre e interceptora, Roguemos al Señor. |
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Moniciones para el XVI Domigo del Tiempo Ordinario- Ciclo C
10 de Julio, 2011, 23:18
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Moniciones para a Misa
Por Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.
Tiempo Ordinario-Ciclo A
XVI Domingo
Lecciones de la paciencia de Dios
Monición de entrada:
Muy buenas (noches, días, tardes). (Sean todos bienvenidos a la celebración de la Eucaristía de nuestra comunidad de ___________________________)
Las lecturas de este domingo nos quieren hacer una seria advertencia sobre la manera de nosotros afrontar nuestra participación en el mundo. Una manera espontánea es la de dividir a la humanidad en dos grandes bandos: los malos y los buenos. Jesús viene a instaurar el reinado de Dios, no como un juez que separa a los malos de los buenos: no excluye a nadie, todos son convocados, todos pueden entrar en él.
Que el Señor Jesús, que nos ha convocado hoy para celebrar la Eucaristía, nos abra los oídos para que podamos escuchar y comprender el mensaje de paciencia y de amor que Él nos trae en su Palabra.
Primera lectura: Sabiduría 12,13.16-19: “En el pecado das lugar al arrepentimiento”
En estos domingos Jesús viene hablándonos en parábolas para explicarnos el Reino de Dios y para hablarnos de la bondad de Dios, presten mucha atención para que escuchemos cómo un sabio del Antiguo Testamento nos habla de esa bondad.
Segunda lectura: Romanos 8, 26-27: “El Espíritu intercede por nosotros”
Escucharemos ahora un fragmento de la carta de san Pablo a los romanos, el apóstol nos hablará del Espíritu de Dios que actúa en nosotros.
Tercera lectura: San Mateo 13, 24-43: “Parábola de la cizaña en el trigo”
Mientras la gente dormía, se coló el enemigo y, por poco echa a perder la cosecha. El domingo pasado escuchábamos la parábola del sembrador, hoy meditaremos la parábola de la cizaña. El tema de fondo es la cuestión de la coexistencia en la historia y en nuestra comunidad: los que hacen el bien y los que hacen el mal. El Evangelio nos muestra que el juicio no debe anticiparse, porque corresponde al único juez, quien lo lleva a cabo al final de los tiempos
Oración Universal
A cada petición contestaremos: “Atiende, Señor, nuestras súplicas”.
1. Por el Papa N., los obispos, los presbíteros, por todos los que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, oremos…
2. Por los gobernantes de todas las naciones, responsables principales de la promoción cultural, del desarrollo económico y de una más jsuta distribución de la riqueza, oremos…
3. Por los que han tenido que dejar su tierra y su patria y han ido a otros países buscando una mejoría y una vida digna, oremos…
4. Por los enfermos de nuestra comunidad, por los ancianos que se sienten abandonados, oremos…
5. Por cada uno de nosotros los aquí reunidos en esta Eucaristía para alimentarnos de la Palabra y del Cuerpo y la Sangre del Señor, para que podamos fortalecer a los más débiles, oremos…
6. Por un aumento en la vocación en la vida religiosa y sacerdotal, oremos…
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En camino: XVI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A
10 de Julio, 2011, 23:10
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EN CAMINO
Tiempo Ordinario, ciclo “A”
XVI Domingo
Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R. Fuente: www.scalando.com
- 1ra lect.: Sab 12,13.16-19
- Sal 85
- 2da lect.: Rom 8,26-27
- Evangelio: Mt 13,24-43
Las parábolas del Reino II
Jesús no definió conceptualmente el Reino. Él fue el más vivo testimonio de la soberanía de Dios en la vida de un ser humano. Esto lo manifestó en la forma como se relacionaba con el Padre Dios, con los demás y con las cosas. Él dejó que Dios fuera Dios en su humanidad y Dios se manifestó en el hombre Jesús sin lesionarlo interiormente. A partir de su propia vivencia invitó a construir ese Reinado de Dios (o Reino de los cielos, como prefiere llamarlo Mateo) y, según la mentalidad oriental, no dio una explicación racional sino que lo comparó con vivencias o cosas al alcance de la gente, para hacerlo comprensible y para invitar a que todos lo hicieran realidad en su propio entorno vital.
Empecemos con la primera parábola: El trigo y la cizaña. Nos hemos acostumbrado a identificar cuáles son los buenos y los malos de la película tanto en el filme como en la vida real. Y ¡claro! nos ponemos siempre del lado de los buenos. Si el malo mata es un asesino, si el bueno mata es un héroe. Al bueno lo asesinan, al malo le dan de baja. Normalmente nos creemos los buenos de la película y nos mostramos implacables contra el mal. Y cuando se trata de hacer biografías, los escritores quitan todo lo que resulte desconcertante, para presentar una figura digna de imitar: un héroe nacional, un santo religioso, un empresario exitoso o un militar entregado a la patria.
La lista de los que se han creído buenos y puros en la historia es larga; así como largo y ancho es el daño que se ha hecho con la consigna de desterrar el mal de la tierra, porque fácilmente se pasa al fanatismo, traducido en intolerancias mesiánicas y totalitarismos camuflados en la observancia de la ley civil o religiosa. Buenos se creyeron los fariseos, saduceos, sacerdotes y demás autoridades que mataron a un peligroso reo llamado Jesús. Buena se creyó la iglesia cuando impulsó la recuperación de los lugres sagrados que habían usurpado los impíos infieles (o sea las cruzadas). Y siguió interpretando el papel de buena cuando se dio a la persecución y hasta la muerte de “pensadores equivocados”, brujas, escritores impíos y demás individuos malos (o sea la inquisición). Bueno se creyó el ex presidente Bush II, que con la bendición de su dios, se sintió con autoridad para combatir el llamado eje del mal o cualquier tipo de terrorismo y enviar tropas para tomar el control de extensos territorios, así tuviera que masacrar a gente inerme. Todo para saciar su sed de poder (¡perdón!, para desterrar el mal de la tierra y acabar con las armas que tenía Husein).
Pero, ¿estamos seguros de que al pedir fuego destructor para los malos, no nos quemamos nosotros mismos? ¡Cuidado! porque el trigo y la cizaña están en el interior de cada persona. Dentro de todos nosotros Dios sembró el trigo y tenemos la capacidad para amar, servir y construir el Reino. Pero también a lo largo de nuestra historia comunitaria o personal, el enemigo sembró la cizaña y por lo tanto también dentro de nosotros habitan la codicia, los miedos, los odios, los rencores y demás antivalores que nos destruyen.
No porque tengamos cizaña dentro, porque seamos imperfectos y cometamos errores, nuestra vida deja de tener sentido. Como nos dice el libro de la Sabiduría (12,13.16-19 – 1ra lect), Dios muestra su poder no tanto en la destrucción de los malos, sino en la misericordia, el perdón y la indulgencia. La cizaña que tenemos dentro hay que quemarla en el fuego; el fuego en el mundo antiguo representaba la fuerza que dinamiza, transforma y purifica, es decir, toda nuestra vida tiene que ser purificada. El cambio es un poco doloroso, nos cuesta un poco dejar envidias, rencores, egoísmos, codicias, malas costumbres, etc., y convertirnos en personas capaces de perdonar, amar y servir; pero se puede lograr con el fuego del amor de Dios que nos purifica y, como dice la 2da lectura (Rm 8,26-27), con el Espíritu que viene en ayuda de nuestra debilidad. De tal manera que lo bueno que hay en nosotros, el trigo, lo almacenemos para compartirlo generosamente. Esta es una palabra cargada de la dulce esperanza (1ra lect.). Necesitamos aceptarnos tal como somos y tener mucha serenidad para que al descubrir la cizaña en nosotros, evitemos la desesperanza y continuemos hasta la siega.
Segunda y tercera parábolas: El grano de mostaza y La levadura en la masa. Con los insignificantes para este mundo, Dios construye el Reino: necesitamos saber apreciar el don de Dios en las cosas pequeñas, como el grano de mostaza, pues el Reino de Dios se empieza a construir desde abajo y se necesita la paciencia del labrador para que la semilla germine, nazca, crezca y dé fruto. La mostaza no es un gran árbol cuyas raíces chupen de los demás árboles del bosque hasta dejarlos desnutridos (Dan 4). Es un arbusto que convive con otros árboles y permite que los pájaros hagan sus nidos en sus ramas para apoyar y cuidar sus críos.
La levadura tiene la magia de hacer fermentar, crecer y darle forma a la masa. Un poquito de levadura es suficiente para logarlo. De la misma manera, necesitamos transformar nuestra propia historia desde abajo, desde lo pequeño, desde los pobres, desde las bases. Necesitamos valorar el trabajo de los pobres, el aporte de los pequeños, nuestra propia fragilidad, que unida a la fuerza del Espíritu hacen posible un mundo mejor, digna morada de Dios y de los seres humanos.
Gracias a Dios hay mucha gente construyendo el Reino, aunque no se haga mucha bulla; he visto con mis propios ojos muchos testimonios:
Una madre soltera de la periferia, al ver cómo los niños de sus vecinos quedaban a la deriva aprendiendo mañas, mientras sus padres salían a trabajar, se convirtió en madre comunitaria. “Son como mis hijos”, me dijo mientas le daba un beso a una niña que se acercó para quejarse porque otro niño le hizo muecas.
Un campesino de una vereda, en medio de las críticas, incomprensiones de la gente y hasta de los reclamos de su esposa, porque gasta mucho tiempo fuera de la finca, lidera proyectos de electrificación, carreteable, mingas o trabajo comunitario en beneficio de todos, con desarrollo sostenible, apoyado por diferentes instituciones públicas y privadas.
Un desplazado por la violencia durante el día vende limones junto a un semáforo para ganar su sustento y el de su familia, por la noche vuelve a su asentamiento y reúne la gente para dialogar, orar y no dejar apagar la vela de la esperanza.
Un médico prefirió perder su cómodo empleo en vez de ahogar la voz de la conciencia y de la ética médica. La Empresa Prestadora de Salud (que debería llamarse mejor Empresa Traficante de la Salud – E.T.S.) para la que trabajaba no le renovó el contrato, por negarse, entre otras cosas, a dar diagnósticos falsos para evitar gastos o sanciones y a mandar los medicamentos genéricos más baratos sin importarle si era o no era lo que necesitaba el paciente…
Somos seguidores y seguidoras de Jesús en tanto que construyamos el Reino donde estemos, con nuestro trigo y aún con nuestra cizaña, como el granito de mostaza y la levadura en la masa.
Oración
Padre y Madre Dios, fuente de vida, de luz y de alegría; gracias por todas las cosas bellas que has puesto en nuestros corazones. Gracias por nuestra capacidad de amar, de aprender, de superarnos y construirnos en esta hermosa a ventura de vivir. Reconocemos que también entre nosotros existen egoísmos, avaricias, rencores y otras realidades que nos desvían de camino y amenazan nuestra vida. Reconocemos que en el mundo existen injusticias, hambre, inequidad, brechas, grandes brechas de dividen e impiden el desarrollo humano y social.
Aquí estamos en medio de la fealdad y la belleza, la injusticia y la búsqueda constante por el bien común; en medio del odio y del amor, del rencor y los gestos de perdón… aquí estamos, en medio de nuestra naturaleza humana, con nuestro trigo y la cizaña que también habita en nuestros corazones. Danos la fuerza para purificar nuestra vida, para ser mejores personas; que crezcamos en calidad humana y demos lo mejor de nuestro propio corazón.
Danos la sabiduría, la capacidad y la fortaleza dar nuestro aporte a la construcción de la justicia del Reino. Desde abajo, desde lo pequeño, desde nuestro humilde servicio, como el granito de mostaza, como la levadura en la masa que la hace crecer y le da una nueva forma. Que tu Espíritu nos inspire lo mejor cada día y nos conduzca hacia la plenitud. Amén.
Comentarios al autor: neptalidv@yahoo.com
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Moniciones: XV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A
3 de Julio, 2011, 19:37
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Moniciones para a Misa
Por Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.
Tiempo Ordinario-Ciclo A
XV Domingo
Las parabólas del Reino
Monición de entrada:
Muy buenas (noches, días, tardes). Buenos días, tardes, noches. Nos encontramos en el décimo quinto domingo del tiempo ordinario. Las lecturas de hoy nos invitan a meditar sobre la eficacia de la Palabra de Dios en nuestra vida y; al mismo tiempo, nos brindan la ocasión de reflexionar sobre las parábolas del reino de Dios en labios de Jesús. No podemos conformarnos con solamente escuchar la Palabra de Dios, sino que debemos entenderla. No basta con recibirla con alegría, sino que ella debe llegar a lo más profundo del corazón y moldearnos según la voluntad de Dios. A nosotros nos toca ser terreno fértil en el que la voluntad de Dios se pueda cumplir y la eficacia de la Palabra pueda manifestarse.
Primera lectura: Isaías 55, 10-11: “La Palabra de Dios, eficaz como la lluvia y la nieve”
Créanme, parece decirnos el Señor, a través del profeta Isaías. Mi palabra es eficaz. Como la lluvia que baja del cielo no vuelve a Él sin antes empapar y fecundar la tierra, así mi Palabra no vuelve a mí sin cumplir su cometido. La Palabra de Dios es su plan de salvación. Nosotros sabemos que la Eucaristía es esa palabra bajada del cielo, salida de Dios y ofrecida en sacrificio a cuantos en esta vida tienen hambre y sed de justicia, de amor y hambre y sed de Dios.
Segunda lectura: Romanos 8, 18-23: “La creación, expectante aguarda su liberación”
San Pablo, en su carta a los romanos nos dice: “que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá”. Si nos creemos esto pondremos de nuestra parte para no ser terreno pedregoso y pediremos insistentemente al Señor que nos ayuda a entender y vivir su Palabra y aceptarla para llegar a ser verdaderamente hijos suyos.
Tercera lectura: San Mateo 13, 1-23: “La Parábola del sembrador”
Las parábolas en labios de Jesús son comparaciones o imágenes destinadas a ilustrar una idea o enseñanza, en concreto sobre el reino de Dios. Contienen “los secretos del reino de Dios”, según la respuesta de Cristo a sus discípulos, que san Mateo nos presenta en el Evangelio de hoy. A continuación escucharemos la parábola del sembrador, la cual se explica por sí misma, por tanto presten mucha atención a la Buena Noticia de hoy.
Oración Universal
A cada petición contestaremos: “Escucha, Señor, nuestra oración”.
Por la Iglesia, especialmente nuestra comunidad parroquial, para que sea terreno fértil, done germine el reino de Dios, roguemos al Señor…
Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y personas consagradas, para que a ellos, que se han dedicado a sembrar la Palabra de Dios, el señor les dé fortaleza y les conceda colaboradores, roguemos al Señor…
Por los que trabajan en los medios de comunicación, para que repartan la semilla de la verdad, la honestidad y el respeto a la dignidad humana, roguemos al Señor…
Por cada uno de nosotros los aquí reunidos, para que la Palabra de Dios eche raíces en nuestros corazones y produzca un fruto cada vez mayor de fe, amor y esperanza, roguemos al Señor…
Por un aumento de vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal, roguemos al Señor…
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En camino para el XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A
3 de Julio, 2011, 19:31
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EN CAMINO
Tiempo Ordinario, ciclo “A”
XV Domingo
Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R. Fuente: www.scalando.com
- 1ra lect.: Is 55,10-11
- Sal 64,10-14
- 2da lect.: Rom 8,18-23
- Evangelio: Mt 13,1-23
Las parábolas del Reino I: Un maestro no autorizado
En tiempo de Jesús el maestro enseñaba o exponía sus ideas desde su escuela, el rabino desde la sinagoga, el sumo sacerdote desde el templo, así como en nuestros tiempos, el obispo desde su cátedra (de ahí la palabra catedral), el sacerdote desde el púlpito o el político desde la tribuna.
Los evangelistas nos presentan a Jesús como un personaje paradójico de principio a fin: es el mismo Logos de Dios, sin embargo se encarnó en el seno de una sencilla aldeana y nació en un establo; su compañía fueron los pobres, los desarrapados, los pecadores y las prostitutas. Cuando lo aclamaron como Mesías no entró montado en un poderoso caballo sino en un burro, y como corona le pusieron espinas en sus sienes. Su enseñanza no la dio desde la sinagoga, y cuando intentó hacerlo casi lo linchan (Lc 4,14ss); ni desde la escuela que criticó fuertemente, porque en la cátedra de Moisés se habían sentado los maestros de la Ley y los fariseos, manipulando el conocimiento (Mt 23,1s), y mucho menos desde templo, donde fue a pelear porque lo habían convertido en cueva de bandidos (Mc 11,17).
Jesús de Nazareth, sin autoridad oficial para enseñar, sin más carta de presentación que su misma calidad humana, se sentó, no en la cátedra de Moisés, presidida por los maestros y fariseos, sino junto al lago, al lado de la gente. Luego se sentó en la barca, signo de la comunidad eclesial (la Iglesia - comunidad, como lugar de encuentro con Jesús), y empezó a enseñar en parábolas, el lenguaje del pueblo.
Aunque todavía quedan algunos “ejemplares”, los narradores orales eran personajes populares en todo el mundo antiguo, sobre todo antes de la invención de la imprenta. En la Grecia antigua se destacaba el rapsoda que cantaba los poemas de Homero, el griot en África, tusital en la polinesia, penglipurlara en Malasia y para no ir tan lejos, los juglares, los cuenteros, los piqueros, trovadores, romaceros, cantores y copleros de nuestros pueblos latinoamericanos.
Jesús, entre otras cosas, era un popular contador de cuentos y parábolas. Por medio de esta común manera de comunicarse enseñaba con sencillez, picardía y no pocas veces, con sarcasmo e ironía, pero siempre con profundidad, su experiencia de Dios y su propuesta a la humanidad.
Hoy tenemos la conocida parábola del sembrador. La gente conocía muy bien el contexto de la parábola. Ellos eran labradores, campesinos, que sabían lo que significaba sembrar, ver crecer la semilla, desherbar, cosechar, etc. Esta es una parábola dirigida a la comunidad eclesial que se reúne alrededor de Jesús (Jesús sentado dentro de la barca es signo de la iglesia, comunidad de hermanos). La semilla, muy buena por supuesto, es la Palabra lanzada sobre las personas. El primer acto de fe no es de nosotros hacia Dios, sino de Dios hacia nosotros; Él cree en nosotros y lanza su semilla, la arriesga, la expone al fracaso, a que la pisoteen, a que se la coman las aves, o a que alcance a germinar pero no dé fruto. Sabe que el Reino va a ser discutido, ignorado e incluso perseguido por personas “que miran sin ver y escuchan sin oír ni entender”, pero insiste, porque cree en el ser humano, en su capacidad de acogida y de cambio.
Hay cuatro actitudes distintas ante la Palabra: la actitud de la tierra del camino, la de las piedras, la que está cubierta de zarzas y la de la tierra buena o bien preparada; el resultado y el significado de cada una de estas cuatro tipos de tierra lo explica el mismo texto. Vale la pena en este día, cuando nos reunimos también alrededor de Jesús, preguntarnos cuál es nuestra actitud ante la Palabra. ¿Cuánto tiempo llevo recibiendo la semilla? ¿Cuántas veces la semilla ha caído en mí? ¿Qué fruto ha dado? Si no ha dado fruto no es porque sea una semilla mala, seguramente tampoco porque yo sea tierra mala, tal vez porque no ha sido bien preparada o no se han tenido los cuidados, la perseverancia y la constancia suficientes para que dé fruto.
El fruto de la Palabra (semilla) no puede ser sólo un sentimiento de tranquilidad y de gozo espiritual; tiene que ser real y duradero: producir “semilla para el sembrador y pan para el que come” (1ra lect.- Is 55, 10-11). ¿De qué manera nosotros, los que hoy nos reunimos en torno a Cristo, estamos generando soluciones a los problemas de nuestro mundo; el hambre, la injusticia, la discriminación, el desplazamiento y la falta de oportunidades para desarrollo integral de la persona? ¿Qué frutos estamos dando como discípulos y apóstoles de Jesús? ¿Hacemos parte de lo que llama Pablo (2da lect. - Rom 8, 18-23) “la creación expectante que aguarda la plena manifestación de los hijos de Dios… con la esperanza de verse libre de la esclavitud de la corrupción para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios”?
Las mamás saben lo que significan los dolores de parto, en unos casos más complicados que en otras. En la Biblia estos dolores son signo de los cambios necesarios de las personas y de las estructuras sociales; cambios que por lo general encuentran resistencia e incluso persecución, y por lo tanto dolor, miedo, angustia, pero también esperanza por la inminente venida de una nueva criatura, nacida del agua del Espíritu, como le dijo Jesús a Nicodemo (Jn 3,1ss), el nacimiento del hombre nuevo, como diría Pablo, (Col 3,9-10), o en palabras del Apocalipsis, los cielos nuevos y la tierra nueva (Ap 21,1).
Oración
Padre y Madre Dios, te bendecimos, te alabamos, te glorificamos, te ensalzamos, te damos gracias por todos los dones recibidos de ti, especialmente por tu Palabra que alimenta, fortalece e ilumina nuestro camino. Gracias por Tu Palabra hecha carne, por Jesús, el hermano mayo de nuestra familia.
Perdona nuestra ausencia de frutos. Perdona porque muchas veces pisoteamos tu Palabra, la dejamos a un lado; otras veces nos entusiasmamos pero luego desistimos y abandonamos los compromisos adquiridos. Algunas veces alcanzamos a florecer, a emprender nuevos caminos, pero todo se queda en buenas intenciones. Perdona nuestra falta de frutos.
Hoy te ofrecemos los buenos frutos que hemos obtenido gracias a tu Palabra que inunda nuestra vida, la alimenta, la ilumina, la hace florecer y producir: semilla para sembrar y pan para comer. Gracias por todo el amor, la solidaridad, la amistad, la alegría compartida como familia, como comunidad discipular y apostólica. Te pedimos que ayudes a superar desganos, miedos, apegos, que ponen en peligro la Palabra. Danos un espíritu humilde, firme y sereno, para acoger cada día el Evangelio y permitir que de los buenos frutos de debe dar. Amén.
Comentarios al autor: neptalidv@yahoo.com
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