Scalando : Misioneros Redentoristas

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saludando

Enlace permanente 7 de Mayo, 2015, 21:07

Escribo estas líneas para saludarte y saber cómo estás. Espero que bien, yo bien, gracias a Dios. P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.
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XXXIV Domingo (Cristo Rey) Tiempo Ordinario-Ciclo C

Enlace permanente 19 de Noviembre, 2013, 21:44

Moniciones para a Misa

Por Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

 
Tiempo Ordinario-Ciclo C

XXXIV Domingo: Cristo Rey

                                                    La fuerza de la debilidad

Lecturas:

-         1ra lect.: 2Sam 5,1-3

-         Sal 121,1-5

-         2da lect.: Col 1,12-20

-         Evangelio: Lc 23,35-43

 

Monición de entrada

 

Con la fiesta de Cristo Rey termina el año litúrgico. Hoy celebramos la soberanía universal de Cristo. Él, quien es Señor de la historia, es nuestro Rey por su muerte y resurrección. Él venció la muerte y ahora nos dirige con su dominio de amor, perdón y paz. Vivamos en esta eucaristía el gran gozo de tener a Cristo como nuestro supremo jefe que nos guía hacia la patria del cielo.  Nos ponemos de pie para recibir a los ministros de esta celebración, cantando con alegría.

 

Primera lectura: I Sam 5, 1-3 (Ungieron a David como rey de Israel)

 

La primera lectura de hoy está tomada del segundo libro de Samuel. David, el rey ideal, bajo cuyo liderato se unieron todas las tribus israelitas, es la figura del Mesías prometido. La descendencia del rey es Cristo, quien es uno con su iglesia. Escuchen con atención.

 

Segunda lectura: Col 1, 12-20 (Dios nos ha traslado al reino de su Hijo querido)

 

Este pasaje de la carta de Pablo a los colosenses es probablemente un himno bautismal. San Pablo aquí afirma la realeza de Cristo sobre el mundo creado. Cristo es cabeza de la iglesia y de toda creación.  Presten oídos a este pasaje.

 

Tercera lectura: Lucas 25, 35-43   (Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino)

 

El evangelio de hoy nos conduce al Gólgota donde Jesús es coronado Rey, pero en el trono de una cruz. Cristo reina con el dominio del perdón y del amor universal. Jesús es ciertamente Rey, pero su realeza es diferente. "Mi reino no es de este mundo". Pero es real: "yo te aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso".  De pie, por favor, para cantar el Aleluya.

 

Oración Universal:

Cristo, Rey del universo, haz realidad nuestra petición

 

Por la iglesia católica: para que, como pueblo santo de Dios, aporte a la sociedad los bienes espirituales que ha recibido de Cristo. Roguemos al señor.

 

Por los jefes de los estados y los que ostentan el poder legislativo y ejecutivo en todas las naciones: para que hagan de nuestro mundo un lugar de paz donde reine el bien común. Roguemos al señor.

 

Por aquellos que tienen poder económico o tecnológico, por los científicos de todo el mundo: para que siempre pongan al hombre en el centro de sus preocupaciones. Roguemos al señor.

 

Por los enfermos, los débiles, por cuantos sufren bajo el poder del mal: para que se vean liberados por el influjo del reino de Dios y su justicia. Roguemos al señor.

 

Por los que celebramos religiosamente esta fiesta: para que, dominando nuestras pasiones y egoísmos, no admitamos en nuestra vida otro poder que el de Cristo. Roguemos al señor.

 

Exhortación final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra Cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 602)

 

Hoy te alabamos, Padre del cielo, porque en la resurrección

de tu Hijo, Cristo Jesús, lo constituiste Rey y Señor universal

de todo lo creado con un poder y un reino eterno que no cesarán.

Gracias también, porque, a su vez, Cristo ha hecho de nosotros,

los bautizados en Él, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

 

Haz, Señor, que venga tu reino al mundo de los hombres,

y danos la fuerza de tu Espíritu para mantener irrevocable

nuestra entrega personal a la construcción de tu reinado

en nuestro mundo: tu reino de verdad y de vida,

tu reino de santidad y gracia, de justicia, de amor y de paz.

Así merecemos alanzar de ti el reino eterno con Cristo. 

 

Amén.

 

Todo el material de esta publicación está libre de restricciones de derechos de autor y puede copiarse, reproducirse o duplicarse sin permiso alguno.  Sólo tiene que hacer una oración por las vocaciones redentoristas del Caribe.

 

Comunícate conmigo: Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

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Moniciones para la Misa: XXXII Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo C

Enlace permanente 4 de Noviembre, 2013, 21:13

Monición de Entrada Buenos, días, (tardes, noches). Nuestra oración es habitualmente interesada. Pensamos más en pedir que en adorar. En este domingo, la liturgia nos habla de la fe que todo lo puede y nada espera a cambio. Algunos cristianos se desaniman cuando sus peticiones no son contestadas inmediatamente por Dios. La Palabra Sagrada nos enseña hoy que la fe es un don gratuito de Dios. Sólo necesitamos ser fieles. De pie para recibir la procesión con el cántico de entrada.   Primera lectura: Baruc  1, 1.2-3; 2, 2-4 (El justo vivirá por su fe)   Nos encontramos entre el año 605 y el año 597 antes de Cristo. La opresión política parecía que no tenía solución. El profeta dirige su queja a Dios por las injusticias que sufre el pueblo. Yavé responde a la queja. Él salvará a su pueblo, pero mientras tanto necesitan ser fieles a Dios. Oigamos.   Segunda lectura: II Timoteo 1, 6.8. 13-14 (No tengas miedo de dar la cara por Cristo)   Hoy los consejos de san Pablo a su discípulo Timoteo se dirigen también a nosotros. Nosotros hemos recibido los dones del Espíritu Santo para el bien de la comunidad. Con nuestra vida y palabras debemos luchar por la "pureza de la fe". Presten mucha atención. Tercera lectura: Lucas 17, 5-10  (Si tuvieran fe como un granito de mostaza…)   La fe es un don completamente gratuito. Por eso hay que pedirla, como los apóstoles, y actuar conforme a esa fe.  Cantemos el Aleluya. De pie, por favor.   Oración Universal:  Por la Iglesia: para que, fiel a su Maestro, aparezca ante el mundo como sal de la tierra y luz que alumbra en las tinieblas. Oremos. Por la paz del mundo: para que se alejen de los pueblos el hambre, las calamidades y las guerras. Oremos. Por todos los seres humanos del mundo que padecen hambre o enfermedades, por los emigrantes, los desterrados, por los privados de libertad y todos los que sufren. Oremos.  Por nosotros mismos: para que nuestras vidas se vayan transformando en testimonio transparente del amor de Dios. Oremos. Exhortación final (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1995, p. 581) Gracias, Señor, Jesús, porque en el Evangelio de hoy nos muestras el poder incontenible de la fe auténtica. Dios uno y trino es el interlocutor con quien hablamos y en quien creemos; y tú, Jesús, nuestro modelo en ese diálogo de la fe.   Concédenos, Señor, siquiera un granito de fe verdadera para dar paso a tus maravillas en nuestras vidas pequeñas, para tener luz y fuerza, optimismo y alegría, decisión y valentía para creer de verdad en estos tiempos difíciles que vivimos.   Haz, Señor, que tu ternura providente despierte nuestra fe dormida, y concédele la calidad y el empuje que tú quieres ¡Señor, creemos; pero aumenta más y más nuestra fe!   Amén.
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Fiesta de los santos y de los fieles difuntos

 

INVITACIÓN

Enlace permanente 8 de Septiembre, 2012, 3:10

INVITACIÓN

 Los misioneros redentoristas de la Provincia de San Juan le invitan a participar en la Bendición de su Nueva Iniciativa en República Dominicana el 15 de noviembre de 2012 a las 10:00 am. Presidirá la eucaristía el Superior General de la Congregación del Santísimo Redentor, M.R.P. Michael Brehl, C.Ss.R.

Nos honrará con su presencia en tan significativa celebración para nuestro caminar misionero. Le esperamos en su Casa de Formación y Retiros en la Provincia Sánchez Ramírez (Cotuí), Diócesis de La Vega, Casa San Gerardo Mayela, C.Ss.R. 

Para más información:

República Dominicana: P. Esteban A. De la Rosa, C.Ss.R. tel. 1 (829) 343-2862  / dvasquesmorales@yahoo.es

                        

Puerto Rico y EEUU: Oblata Matilde Mola, tel. 1 (787) 725-0648,  matildemola@hotmail.com

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15 de abril de 2012: Un día para la historia. Los Misioneros Redentoristas dejan la Diócesis de S

Enlace permanente 19 de Mayo, 2012, 16:31

Por Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

__________________________________________

Hoy, II Domingo de Pascua, dedicado a la Divina Misericordia, el día amaneció triste en San Juan de la Maguana, sólo se habla de la salida de los Misioneros Redentorista.

La cita era a las 11 de la mañana en la Santa Catedral San Juan Bautista, el Obispo de la Diócesis (Mons. José Grullón Estrella) haría el envío de los Misioneros Redentoristas, quienes por 66 años había servido en estas tierras de misión, dejando en la misma un sello y una marca: el carisma alfonsiano.

Cuando las agujas del reloj marcaron las 11:00, dimos inicio a la Eucaristía, presidida por Mons. Grullón y concelebrada por los pp Manuel Rodríguez, Esteban Antonio De la Rosa, Sergio Del Carmen, Felipe Andrews, Ramón Cabrera y Domingo Vásquez Morales (el hermano Máximo De los Santo estuvo presente).  Varios hermanos del Clero Diocesano nos acompañaron en tan hermosa celebración.

Una nutrida delegación de parroquianos de las parroquias Santa Lucía y Perpetuo Socorro vino desde Las Matas de Farfán, donde los redentoristas, tenemos una página muy bonita en la historia de salvación de estos pueblos.  Una gran multitud se hizo presente desde la Catedral, de las parroquias Espíritu Santo y San Alfonso y otros vinieron de las lomas para expresar su gratitud al Redentor, por los misioneros redentoristas.

Mons. José Grullón, por su parte, agradeció al Señor estos 66 años de la congregación y el regalo de los dos primeros obispos a esta iglesia local

Al final de la misa, P. Manuel (superior provincial) tomó la palabra y dio las gracias al pueblo y a la Diócesis por la acogida que nos han dado y, de manera muy especial, a Mons José, de quien dijo ser un amigo muy querido de los redentoristas, en este momento la asamblea reventó en un gran aplauso.

Varios líderes subieron al altar, para entregarnos una placa a nombre de la diócesis y mons. nos dio la bendición y nos hizo una oración de envío.

Termina la Eucaristía, todos nos fuimos en procesión a la casa de Mons, donde nos esperaba un manjar sustancio: ¡qué buena estaba la comida!.  Gracias a todos los que colaboraron en este proyecto.

En San Juan de la Maguana, hay una avenida (circunvalación) que lleva el nombre de Mons. Reilly, y en la parte sur de la misma y frente a la Parroquia San José, la alcaldesa, Hanoi Sánchez, y el Ayuntamiento han construido una estatua en honor a quien fuera el primer obispo de esta porción del pueblo de Dios: Mons. Tomás F. Reilly.  Esta estatua fue inaugurada (el mismo día 15) a las 3:00 p.m.  En medio de un sol radiante y una tarde muy calurosa.

Monseñor y todos los redentoristas nos hicimos presentes en esta gran celebración, donde el Ayuntamiento nos entregó otra placa de reconocimiento por nuestra gran labor a favor los más pobres de esta región.

Fueron muchas las palabras de elogios y agradecimiento por el trabajo que hemos realizado los redentoristas en estos pueblos.  Hubo muchos testimonios por parte de la gente sencilla, fueron muchas las lágrimas que salieron de aquellos que han sido tocados por nuestro carisma.

Tú que terminas de leer estas notas, puedes sentir que el Señor te estás llamando a ser Misionero Redentorista.  El te espera por tus cualidades y aspiraciones, por tus motivaciones y posibilidades, por tu manera de plantearte la existencia y tus núcleos de referencia o centros de interés, etc. ¿Te atreve a responder a la llamada del Señor?

Escríbele a Domingo

Visite, por favor: www.scalando.com
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En camino: Moniciones: I Domingo de Pascua. Ciclo B

Enlace permanente 4 de Abril, 2012, 16:46

EN CAMINO

Tiempo de Pascua, ciclo “B” 

1 de abril de 2012 Domingo de Pascua

 

Autor: Neptalí Díaz Villán; C.Ss.R.                            Fuente: www.scalando.com

 

LECTURAS:

 

-          1ra lect.: Hech 10,34a.37-43

-          Sal 117,1-2.16-17.22-23

-          2da lect.: Col 3,1-4

-          Evangelio:  Jn 20,1-9

 

TESTIGOS DE LA RESURRECCIÓN

 

Abarcar un misterio tan grande como lo es la resurrección es, además de un atrevimiento, algo sencillamente imposible. Solo quiero dar algunas puntadas sobre este acontecimiento en nuestra vida de fe.

 

Una de las  prácticas litúrgicas en la noche de pascua consiste en mostrar la efigie de un hombre vivo y sonriente, con heridas aún sin cicatrizar en manos, pies y costado. Es interesante ver cómo las personas le ponen todo el amor del mundo y organizan procesiones, gastan su tiempo y creatividad imaginando cómo sería el momento de la resurrección. Después de un profundo silencio empiezan a sonar las campanas y el canto de gloria, silenciado durante la cuaresma. Entran con la imagen del “resucitado” por la mitad del templo mientras suenan los aplausos. La gente se emociona y grita vivas. Con la alegría de la “resurrección” vuelven las flores al altar, los presbíteros se visten de blanco y a la salida del templo se desean mutuamente felices pascuas…

 

Estas escenas acompañaron y siguen acompañando la celebración de la pascua de muchas comunidades cristianas. Las pinturas, las canciones, las películas, etc., nos muestran no tanto la resurrección sino la revivificación de un cadáver, como si el muerto, con las mismas características espaciotemporales, se hubiera levantado del sepulcro. Tenemos que decir claramente que esta visión de la resurrección de Jesús no podemos aceptarla hoy. No solamente porque no aguanta un cuestionamiento del racionalismo moderno, o del agnosticismo postmoderno, sino porque no corresponde a la primera experiencia de fe de las comunidades cristianas primitivas.

 

Digámoslo directamente: el cadáver de Jesús debió seguir el ciclo de cualquier organismo muerto, como residuo de una etapa de evolución irreversible y ya consumada en el ser. Es decir que se descompuso y formó parte de la madre tierra de la cual había salido. No le demos más vueltas al asunto y no nos extrañemos si en algún momento encuentran sus restos mortales, aunque sería muy difícil identificarlo con certeza. ¿Entonces, se acabó la fe? ¿Entonces se acabó la Iglesia? ¡No! ¡Todo lo contrario!

 

Resurrección no es revivificación de un cadáver para dejarlo en las mismas condiciones de antes (eso sería retroceder), ni es la pervivencia de un alma espiritual independiente de las funciones corporales. La resurrección es una nueva creación a partir del mismo yo. El mismo yo (núcleo central) pero diferente, pues resucitado goza de una nueva relación con Dios y con el mundo. El resucitado tiene una nueva forma de ser, trasformado totalmente por obra del Espíritu vivificante de Dios.

 

A primera vista, el evangelio de hoy nos señala la tumba vacía como “prueba” de la resurrección. Pero el hecho de que el cadáver no estuviera en la tumba no significa que haya revivido. Los relatos de la tumba vacía “son narraciones que sirven para justificar una celebración litúrgica de la comunidad de Jerusalén que se reunía anualmente para anunciar la resurrección ante una tumba vacía, como signo de ella” (C. Bravo). Son recursos pedagógicos que emplearon los evangelistas para llevarnos al encuentro con Jesús resucitado. Recursos que se quedaron cortos para representar algo que no era palpable a los ojos.

 

La resurrección de Cristo no es un hecho comprobable científicamente, es una experiencia de fe. Los discípulos fueron testigos del Jesús histórico que vivió, hizo camino y pasó haciendo el bien. Los evangelistas narran toda la estratagema utilizada por los poderosos para matarlo; narran con lujo de detalles el juicio, la condenación, el camino de la cruz y el momento de su muerte. Pero no el momento mismo de la resurrección, sencillamente porque no existen testigos oculares y porque cualquier leguaje humano se quedaría corto para explicar este misterio.

 

Históricamente no sabemos si un hubo o no tal tumba vacía. Históricamente no sabemos si a Jesús lo sepultaron solo en una tumba o en una fosa común como solían hacer con los crucificados. Con seguridad no hubo ningún fenómeno paranormal y ninguna roca se movió para dejar salir a Jesús vuelto a la vida. ¿Con esto quitamos algo de la fe cristiana? ¡De ninguna manera! Lo definitivo y decisivo es la manifestación y el encuentro con el mismo Cristo vivo y resucitado. La fe cristiana no convoca al sepulcro vacío, sino al encuentro con el Cristo viviente: “¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24,5).

 

Los evangelistas narraron el acontecer de Jesús resucitado en la vida de sus seguidores y seguidoras. Quieren decir que el mismo que aconteció en ellos en su vida mortal, aconteció en ellos de una manera nueva. El mismo que compartió con ellos la risa y el llanto, los dolores y los sueños por un mundo mejor; por el mismo que vieron frustradas todas sus esperanzas al verlo asesinado en el madero de la cruz, experimentaron luego un gozo inexplicable y unos deseos incontenibles de continuar su obra. Lo experimentaron pleno, glorificado, resucitado y resucitador. De ahí en adelante no fue sólo Jesús, el hombre de Nazareth, sino Jesús el Cristo, el Mesías crucificado y glorificado. Jesús el Cristo envolvió sus vidas y los impulsó a amar, a reorganizar las comunidades y a seguir trabajando por su causa.

 

Fue entonces cuando se convirtieron en testigos de la resurrección. Los iletrados obreros del viejo Zebedeo y los demás seguidores de Jesús, se atrevieron a denunciar el crimen infame de un hombre y a anunciar que Dios se había puesto de parte de ese reo de muerte. “Ellos lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó…” (1tra lect.). El sistema lo rechazó, Dios lo acogió. La “gente bien”, consideró que debía morir, Dios consideró que debía reinar. El poder homicida vio en él un endemoniado, loco y blasfemo; un peligro del que había que salir pronto. Por eso lo juzgaron, lo excomulgaron, lo condenaron y lo mataron. Pero Dios, que ve lo profundo, lo llenó de gloria (2da lect.) y avaló su proyecto para una nueva humanidad.

 

Decir que un hombre había resucitado no era el mayor problema: la religión antigua de Zoroastro ya había hablado de la resurrección, lo mismo que el judaísmo tardío, especialmente los fariseos. Lo que más les dolió a las autoridades y desató la posterior persecución, fue afirmar que precisamente “a ese tal Jesús”, ese hombre a quien le habían dado la peor de las muertes en nombre de Dios, Dios mismo lo había resucitado. Que la resurrección tenía nombre propio y se llamaba Jesús de Nazareth.

 

La resurrección de Jesús no implica únicamente la trascendencia individual, más allá de la historia en esta tierra, para reinar con los ángeles en cielo. Implica también la continuidad de su proyecto vital en defensa de los pobres y marginados por el poder homicida. Es sobre todo, el triunfo de la vida sobre la muerte y la victoria definitiva del amor sobre el odio. Con su resurrección Jesús no nos salva únicamente de la muerte eterna, sino del sinsentido de la vida. De la vaciedad de una vida sin rumbo y del dominio de las tinieblas, del reinado de la impunidad y de la mediocridad humana que sólo piensa en sobrevivir para satisfacer sus instintos y protegerse de sus miedos.

 

Con la resurrección de Jesús se enaltecen actitudes subvaloradas como la humildad, la entrega, el servicio, el perdón y el amor donativo. La muerte no deja de ser una realidad dolorosa, pero lo definitivo es la vida. La injusticia no deja de ser una realidad patente, pero no tendrá la última palabra. La acumulación de riqueza que contrasta vergonzosamente con la marginalidad de tantos seres humanos que sobreviven en los nuevos campos de concentración de la miseria, no deja de causar molestia, pero esa degradación legitimada por nuestro sistema imperante no será lo definitivo. El engaño, la mentira, la explotación y demás actitudes infrahumanas seguirán presentes en nuestro mundo, pero no reinarán para siempre.

 

Si no nos convertimos en testigos de su resurrección ante nuestro mundo, esta pascua no sería más que un teatro con entrada libre y nuestro compromiso terminaría con el aplauso a una imagen del “resucitado”.

 

¿Que tal si permitimos que Él resucite entre nosotros y nos haga morir al hombre viejo cargado de engaños, egoísmos, mentiras y todo lo que nos mata, para hacer renacer al hombre nuevo capaz de amar y servir? Veamos si nos atrevemos a permitir que Cristo acontezca en nuestra vida y nos convierta en testigos de su resurrección, con todo lo que ello implica ante nuestro mundo concreto: que nunca seamos crucificadores y que tengamos la valentía de denunciar a quienes crucifican a los crucificados de hoy. Porque ser testigo de la resurrección implica denunciar a los que lo matan la vida, anunciar que otro mundo es posible y estar dispuesto a construirlo. Esto tiene sentido porque Cristo resucitó y porque sabemos que nuestra lucha no será en vano. Que nuestra entrega tiene valor y que amar tiene sentido porque con Jesús resucitado nos encaminamos irreversiblemente hacia la vida.

 

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Jueves Santo: Recepción de los santos óleos

Enlace permanente 1 de Abril, 2012, 19:57

Moniciones para la Misa
Triduo Pascual

Jueves Santo

Autor: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                       Fuente: www.scalando.com

Hazpara ver las lecturas del día

Citas Bíblicas

18 50,4-9a: “Pasión” del siervo del Señor. 

 Mt 26,14-25: ¡Ay del traidor!

"Estos Óleos producen efectos abundantes, producen la gracia"

Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor

En estos momentos, antes de traer las ofrendas del pan y el vino, que se transformarán el Cuerpo y la Sangre de Cristo, haremos entrega a nuestro párroco de los santos Óleos, es decir los aceites que fueron bendecidos y consagrados por el obispo de nuestra Diócesis, Mons. N.

ENCARGADOS DE ENTREGAR LOS ÓLEOS:

(Se hace al traer las ofrendas)

Reverendo Padre, hemos visto la obra maravillosa de Dios al participar en la Misa Crismal.  El señor Obispo nos entregó estos Óleos para que nosotros se los diéramos a usted y ellos nos sigan transmitiendo la vida de Dios.

Párroco: Si, hermanos, estos Óleos producen efectos abundantes, producen la gracia.

Recepción del óleo de los enfermos.  Presentamos el óleo de los enfermos.  Este Óleo se utilizará para ungir a los enfermos y estos obtendrán alivio a sus dolores, se perdonan sus pecados y se fortalece su fe.

Sacerdote: Señor Dios, Padre de todo consuelo, que has querido sanar las dolencias de los enfermos por medio de su Hijo, escucha con amor la oración de esta comunidad parroquial.  Te damos gracias porque por la bendición de nuestro Obispo has derramado tu Espíritu Santo sobre este óleo, enriqueciéndolo con tu propia bendición.  Oye nuestra súplica para que cuántos sean ungidos con él sientan en cuerpo y alma tu divina protección y experimenten alivio en su cuerpo y alma.

Pueblo: Con gozo recibimos este óleo Santo en nombre de Jesucristo, nuestro Señor.  Amén.

Recepción del óleo de los Catecúmenos.  El óleo de los catecúmenos se utilizará para ungir a los niños y a los adultos en el Bautismo, que le impregnará de la fuerza de Dios para vencer el mal que hay en nosotros.

Sacerdote: Señor, fuerza y defensa de tu pueblo, que has hecho del aceite símbolo de vigor, te damos gracias al recibir en nuestra parroquia este Óleo de los catecúmenos.  Concede a cuantos sean ungidos con él en el Bautismo vivir fieles a tu Hijo,  gozar de la alegría y libertad de los hijos de Dios.

Pueblo: Con gozo recibimos este Óleo, dando gracias por Jesucristo, nuestro Señor.

Recepción del Santo Crisma.  El Santo Crisma se utilizará para ungir al bautizado y así señalarlo verdadero hijo de Dios que le confiera la capacidad espiritual de vivir la gracia sacramental.  También para ungir al neo sacerdote y para consagrar un altar.  Este Óleo está compuesto de aceite de oliva y lleva además un bálsamo especial que le da buen olor, el que nosotros hemos de repartir con nuestro buen vivir.

Sacerdote: Señor Dios, fuente de vida y autor de los sacramentos, al recibir el Santo Crisma para nuestra parroquia, te damos gracias por la unción que nos configura con Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey, y nos capacita para rendirte un culto agradable a tus ojos.  Oye nuestra oración  y concédenos que tu Iglesia crezca en santidad y en el servicio a la verdad.

Pueblo: Con gozo recibimos el Santo Crisma, dando gracias por Jesucristo, nuestro Señor. 

Exhortación final

Jesús

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Día, San Pablo, España, 1993, p. 169

Te bendecimos, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

con todos los creyentes y los pobres de todo el mundo,

porque el cuerpo de Cristo es el pan que nos fortalece

y su sangre es el vino de la fiesta pascual que nos reúne.

Te glorificamos, Dios nuestro, al partir el pan

y te damos gracias cuando alzamos nuestra copa,

porque son el cuerpo y la sangre de tu Hijo amado.

Gracias a él son posibles el cielo y la tierra nuevos,

el amor, la paz y la fraternidad entre los hombres.

Concédenos tu Espíritu para seguir creyendo y amando

 porque ése es tu mandato y nuestro empeño para siempre

Amén

Preguntas, comentarios a: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

En Tí confío.
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PJVR

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Miércoles Santo: "Un amor que no es amado"

Enlace permanente 1 de Abril, 2012, 19:47

Moniciones para la Misa
Semana Santa

Miércoles Santo

Autor: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                       Fuente: www.scalando.com

Hazpara ver las lecturas del día

Citas Bíblicas

18 50,4-9a: “Pasión” del siervo del Señor

Mt 26,14-25: ¡Ay del traidor!

"El amor no es amado"

Monición de entrada:

Es la víspera del triduo pascual, la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y la invitación es a que sigamos en actitud de querer recibir muchas bendiciones de parte del todo misericordioso. Puestos de pie, cantamos mientras recibimos al celebrante.

Monición 1era lectura: Isaías 50, 4-9ª  No me tapé el rostro ante ultrajes

En esta  lectura, Isaías nos invita a que confiemos en Dios porque él nos dará la fortaleza necesaria para que seamos profetas dondequiera que estemos. Escuchemos con atención esta lectura.

Monición al Evangelio: San Mateo 26, 14-25  El hijo de hombre se va, como esta escrito; pero, ¡ay del que va a entregarlo

Comienza la Pasión, y Jesús comparte su última cena con sus discípulos antes de ser entregado por Judas. Puestos de pie, nos preparamos para la proclamación del Santo Evangelio

Oración Universal

  1. Por todos nosotros para que nunca perdamos la fe en el que todo lo puede, Cristo Jesús. Roguemos al Señor.
  1. Por los que han perdido su fe para que en esta semana santa puedan encontrarse con el Dios de la misericordia. Roguemos al Señor.
  1. Por los que sufren para que tú les puedas dar consuelo y así puedan seguir hacia delante. Roguemos al Señor.
  1. Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que siempre sean reflejos de Jesús y estén dispuestos a servir siempre. Roguemos al Señor.

Exhortación final

Jesús

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada día, San Pablo, España, 1995, p. 164)

Te glorificamos, Padre, porque en su pasión Cristo

 inauguró un mundo nuevo, cuyo signo es su sangre vertida;

éste es el vino nuevo del banquete del reino de Dios.

Jesús no hizo alarde de su categoría divina

ni exigió su derecho a ser tratado como lo que era,

sino que adoptó la condición de servidor de todos,

hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz.

Por todo ello, Padre, glorificaste a tu Hijo

resucitándolo del sepulcro y dándole el nombre más sublime;

de suerte que toda rodilla se doble ante él,

y toda lengua proclame en todas partes:

¡Jesucristo es Señor!, para g1oria de Dios Padre.

Amén

Preguntas, comentarios a: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

Jueves Santo:B / Recepción de los santos óleos:B

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Martes Santo: "Un amor que es traicionado"

Enlace permanente 1 de Abril, 2012, 19:43

Moniciones para la Misa
Semana Santa

Martes Santo

Autor: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.                                                                       Fuente: www.scalando.com

Hazpara ver las lecturas del día

Citas Bíblicas

Is 49,1-6: Te hago luz de las naciones

Jn 13,21-33.36-38: Anuncio de la traición

"Un amor traicinado"

Monición de entrada:

Las lecturas nos invitan a que seamos mensajeros de la palabra de Dios, que el nos esta llamando para que le sirvamos,  proclamemos que el esta vivo en cada uno de nosotros y demos siempre gracias. Puestos de pie, cantamos, mientras recibimos al celebrante.

Monición 1era lectura: Isaías 49, 1-6  Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra

Isaías a través de esta lectura nos quiere decir que Dios, nos elige a cada uno de nosotros desde el vientre de nuestra madre para un propósito dentro de su plan divino, esta de nosotros responder. Escuchemos con atención esta lectura.

Monición al Evangelio: San Juan 13, 21-33. 36-38  Uno de ustedes me va a entregar… No cantara el gallo antes que me hayas negado tres veces

Jesús se entrega libremente porque nos amaba, ya el sabia por lo que pasaría pero lo hizo porque siempre quiso hacer la voluntad de su padre y porque quería redimirnos. Puestos de pie, cantamos, mientras recibimos al celebrante.

Oración Universal

  1. Por cada uno de nosotros para que seamos proclamadotes del mensaje de Dios dondequiera que nos encontremos. Roguemos al Señor.
  1. Para que nunca neguemos su existencia y defendamos nuestra fe siempre puesta en el Señor.Roguemos al Señor.
  1. Para que más personas busquen de Dios y se entreguen a él por completo. Roguemos al Señor.
  1. Por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa para que mas personas escuchen la voz de Dios y se entreguen a su servicio y al servicio de los demás. Roguemos al Señor.

Exhortación final

Jesús

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada día, San Pablo, España, 1995, p. 162)

Hoy te alabamos, Padre, y acatamos tus designios
porque se acerca la hora final de Cristo en su pasión,

la hora del cáliz en Getsernaní, la gloria de su cruz.

Se echa encima la noche tenebrosa de la traición.

Jesús se entrega; el amor es traicionado y negado.

Concédenos, Señor, responder a tu amor fielmente,

a pesar de nuestra innata y manifiesta debilidad.

Queremos demostrar con nuestra vida que el amor es amado,

porque si grande es nuestro pecado, mayor es tu bondad.

Haz brillar pronto sobre nosotros el día de tu gloria,

la pascua esplendorosa de la nueva alianza en Cristo.

Amén

Preguntas, comentarios a: P. Domingo Vásquez Morales, C.Ss.R.

Miércoles Santo

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